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Capítulo 37

  El camino de la montaña rocosa no es fácil de caminar, por lo que Tang Junhe se arrastró sobre sus manos y rodillas, subiendo la ladera áspera y empinada de la montaña, esforzándose por llegar a la cima de la montaña.

Mirando hacia arriba, solo se puede ver el bosque en la cima de la montaña que está cubierto de exuberantes árboles verdes intercalados con densos arces rojos, ocultando el legendario Templo del Matrimonio de una manera densa.

No le importaba el paisaje circundante, sino que seguía mirando hacia arriba en dirección a la cima de la montaña. Incluso el más mínimo movimiento del viento y la hierba podría hacerle pensar que se trataba de Yang Xuan y Ying Fei, lo que provocó un temblor en su corazón.

Las hojas empapadas por la lluvia reflejaron una luz blanca cegadora bajo la puesta de sol, asemejándose a la figura de espalda con la camiseta blanca que había estado mirando hoy.

Caminó hacia la cima de la montaña sin atreverse a detenerse por un momento. Recordó que Ying Hui llevaba un vestido naranja hoy, exactamente como el arce rojo que se balanceaba ligeramente en la cima de la montaña e incluso se imaginó que tal vez los dos ahora estaban caminando allí tomados de la mano. Tang Junhe sufría de sus miedos imaginarios y una vez más se sentía abrumado por el pánico ansioso cada vez que recordaba esa escena.

La puesta de sol que cuelga a la mitad de la montaña se hunde lentamente en el oeste. Las nubes de fuego en cascada en el cielo están empapadas con un resplandor crepuscular, envolviendo cálida y suavemente la colina en las afueras de la ciudad.

El adolescente que estaba envuelto en él no podía ver la puesta de sol, inclinó la cabeza para mirar hacia arriba y su mirada solo se detuvo en el templo imaginario del matrimonio, luego bajó la cabeza nuevamente y miró hacia el accidentado camino de montaña debajo de él, jadeando como subió hacia arriba. Todo lo que sintió fue que el cielo se oscurecía cada vez más, su sombra se alargaba cada vez más y las exuberantes hojas verdes y rojas en la cima de la colina se convertían gradualmente en una masa borrosa, apenas visible.

Subió a la cima con una floritura, de pie entre los dos árboles viejos que se tocaban torcidamente las cabezas. Con el pecho agitado, se apoyó contra el tronco, estiró el cuello y jadeó pesadamente, antes de ver el templo del que estaban hablando.

Al mismo tiempo, pudo darse cuenta de que no había nadie dentro del templo en ruinas: estaba vacío e incluso un poco espeluznante en la tenue luz del atardecer.

En el viejo y deteriorado templo se encuentra una estatua de piedra de un metro de altura del Bodhisattva, que lo mira con los ojos muy abiertos.

Tang Junhe entendió ferozmente que fue engañado. ¡Yang Xuan simplemente no subió a la montaña con Ying Hui, y mucho menos vino a este templo a orar! Después de subir todo el camino, ni siquiera tuvo la menor duda sobre las palabras de Feng Bo allí.

La ira duró solo un momento, y luego siguió una gran cantidad de desconcierto. Tang Junhe se dio la vuelta confundido, le dio la espalda a la estatua de piedra del Bodhisattva y miró hacia abajo de la montaña. En el crepúsculo, con las últimas luces del día, apenas podía ver el camino de la montaña bajo sus pies.

El desconcierto en su corazón se extendió rápidamente, tan rápido como el crepúsculo se extendió frente a él, y de repente no pudo entender por qué tenía que arriesgarse a subir a la cima de la montaña en primer lugar: ¿era para detener a Yang Xuan y Ying Hui de adorar este templo matrimonial? ¿Qué se puede hacer si adoran, y qué se puede hacer si no lo hacen? ¿Por qué iba a creer en este tipo de superstición feudal? Además, ¿Yang Xuan creerá en ello? Incluso si cree, ¿se le ocurrirá a Ying Hui, a quien ha rechazado varias veces?