Día 8

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¡Lamento la tardanza! de nuevo mi internet falló, ha estado fallando durante toda la semana y no me deja guarda los borradores, entonces me da muchos problemas 

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Maratón 3/3

Día 8: Te quiero

—¡Ding Dong!

Marinette apartó la vista de su cuaderno y la dirigió hacia la puerta. Reconocía perfectamente esa voz. Se levantó de la silla frente a la mesa y fue a abrir

—Las cosas como el helado definitivamente saben mejor durante el invierno —Comentó el rubio en cuanto vio como la puerta se abría, mientras comía una paleta helada de chocolate —¿Quieres? —Preguntó extendiéndole otra paleta a la azabache  

—¿Helado a las 11AM? —Cuestionó Marinette con una sonrisa divertida —Suena bien —Tomó el helado y se hizo a un lado, abriéndole paso a Adrien —Ven, pasa

La azabache cerró la puerta en cuanto Adrien pasó junto a ella 

—Y no creas que me olvide de ti —El rubio se arrodillo frente al can en cuanto lo vio llegar hacia él —Mira lo que te traje —Sacó de su bolsillo una pequeña bolsa y la abrió, sosteniendo el helado con su bosa para no dejarlo caer, y sacó una galleta en forma de hueso, entonces se la dio —¿Está rico? —Preguntó y recibió un ladrido como respuesta, lo cual interpretó como un "sí" 

Mientras tanto Marinette observaba la escena a las espaldas del rubio, comiendo la paleta helada que Adrien le había dado

—¿Sabes lo que le estas dando? —Inquirió ella, le preocupaba que Jolie comiera algo que le pudiera causar molestar. Su pequeño estomago podía llegar a ser muy sensible

—Claro que sí —Dijo Adrien, incorporándose y dando la vuelta —El sujeto de la tienda me las recomendó, dijo que tenía una mascota y que estas eran sus favoritas

—A ver, dame eso —Marinette tomó las galletas de la mano de Adrien para leer las letras en el empaque —Sí, parece que no le hará ningún daño

—¡Por supuesto que no! —Exclamó Adrien de pronto, sintiéndose algo ofendido —Jamás le haría daño a nuestro hijo

Marinette abrió los ojos con sorpresa, sintiendo un vuelco repentino en su pecho. No supo que decir, así que solo se limitó a dejar las galletas sobre el mueble de la cocina, entonces fue a tomar el paraguas que estaba junto a la puerta y volvió hacia el rubio

—Toma —Extendió el objeto hacia Adrien —Gracias por prestármelo, casi sale volando, pero me sirvió mucho ayer 

—Pero no es necesario que me lo devuelvas. Puedes quedártelo

—No seas terco, ten —Insistió Marinette, dando un paso hacia adelante

—¿Y si vuelves a necesitarlo?

—No te preocupes por eso, un poco de agua no me matará

—Pero míralo, es de tu color favorito —Señaló Adrien

La azabache dirigió su vista hacia el objeto que sostenía en su mano. Ella se había percatado del color amarillo brillante del paraguas, aunque pensó que solo era una coincidencia 

—¿Lo compraste por eso? —Volvió a ver al rubio, y este asintió con la cabeza, comiendo lo que quedaba de su helado

—Cuando lo vi me recordó a ti, así que lo compre —Explicó, limpiando el helado que quedó en la comisura de sus labios

30 Días Para Recuperarte #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora