Destinations linked through Time... (Atemxtu)

Conociéndonos Mejor

Ichigo y Yugi, se levantaron temprano y fueron a despedirse de su amiga a su habitación, "suerte chicos, sean ustedes mismos; estaré aquí esperándolos", los jóvenes se dirigieron a las caballerizas a esperar a la princesa. TN___ estaba observándolos de la ventana tranquila, hasta que alguien toco a su puerta.

- Buen día TN___

- Princesa Mana, buen día –yendo al frente de ella, con una sonrisa– Ichigo y Yugi ya la están esperando abajo

- Un punto a su valía –sonriéndole, guiñándole un ojo– en realidad vine a disculparme por preguntar sobre tu familia, fue muy imprudente de mi parte. Lo siento.

- No te preocupes, no estabas enterada y tenías el derecho a preguntar –la morena asintió con una sonrisa a la joven para dirigirse a la puerta, antes de que saliera– Espero que les vaya bien princesa.

La morena se retiró con una sonrisa, para partir con los jóvenes hacia las tierras del sur, para que probaran su valía.

La princesa prometió que después de este día al demostrar que pueden vivir en su tierra ya no tendrían problemas con ella.

TN___, no había dormido después de hablar con el faraón, esa noche no sabía lo que estaba sintiendo por aquel joven y monarca el cual le hablaba con serenidad y le hacía sentir segura. Esa noche Isis le trajo ropa para que se cambiara, era una vestimenta sencilla no como el vestido que le había dado el faraón, le agradaba bastante, agradeció por la ropa a la morena, no es que no le gustara el vestido que le dio el faraón, solo que pensaba que era mucho para ella.

Esa mañana después de ver a sus amigos salir por las puertas del palacio, decidió ponerse de nuevo el primer vestido que le habían dado para explorar el palacio por ella misma con su canino, sin perder tiempo empezó a caminar por los pasillos fue a los cuartos de sus amigos, recordó el camino que Yugi le enseño una noche antes, encontró la guitarra de Ichigo apenas pudo rasguear dos acordes, guardo la guitarra en su estuche, decidió seguir caminando hasta llegar al cuarto de Yugi, en el piso había palabras escritas en japonés, siguió caminando por el palacio. Ya había recorrido una gran parte del palacio fue al patio central, a las caballerizas a ver a zamarad la cual se llevaba bien con su can el tiempo que permaneció allí, después se retiró al único lugar que no vio, la laguna que estaba en la parte posterior del palacio que le habían mencionado sus amigos, ahí no había muchos guardias por lo que vio, fue una suerte para ella ya que podría entrar a nadar sin ninguna timidez a que la vean.

Por otra parte sus amigos fueron a una pequeña ciudad en el sur, donde la princesa se encargaba de tomar decisiones de esas tierras. Ichigo no aguanto más el silencio en el que se encontraban al ir a aquella ciudad y decidió matar el silencio.

- ¿Cuál será nuestra prueba?

- Los valores de un hombre se miden por sus acciones, no simplemente por sus palabras –fue extraño para los jóvenes que la princesa estuviera seria– Pasaran un día entero conmigo, como prima de Atem, hoy demostraran que tienen manera para vivir aquí, por lo cual ya no tendremos más problemas después.

Yugi de solo pensar que estaría todo un día con la princesa, se le erizaba la piel, aunque por lo menos tenía a Ichigo cerca de él. Esta vez ambos tenían sus objetivos claros, debían concentrarse en que ellos podrían encajar en aquella sociedad, tras varias horas de estar a caballo en el desierto, llegaron al pueblo de Rukongai, que era uno de los poblados de los cuales Mana estaba encargada por designio de su primo Atem, en el cual se encontraba uno de templos más antiguos de Horus.

Cuando entraron la gente hacia reverencia a la princesa mientras ella saludaba de regreso, lo cual hizo que los dos muchachos cubrieran más su rostro con la tela de la capucha ya que su piel era algo muy raro en esos lares, cuando entraron a palacio recién se sintieron seguros. La princesa Mana tenia que hablar con Kukaku Shiba la guardiana que resguardar el templo, dejando a Yugi e Ichigo con el encargo de dar de beber a los caballos y llevarlos a las caballerizas, los muchachos no tuvieron problema, aunque se encontraron con un hombre que pensó que eran intrusos.