La sangre corría por su cuerpo, cayendo en grandes gotas al suelo blanco de la habitación, generando un eco casi imperceptible, pero torturante para aquel que podía escucharlo.
El aroma a químicos y suciedad hacia lagrimear sus ojos, obligándolo a aguantar su respiración por cortos periodos de tiempo. Podía oír las máquinas funcionar, aún sin moverse, sintiendo su piel caliente, recordándole que aún continuaba vivo.
Sintió el aire llenar sus pulmones una vez más, para dejar escapar un gemido lastimero. Podía sentir a su lobo rasguñiar su pecho, exigiendo su libertad, buscando romper sus huesos y cambiar su anatomía de forma dolorosa.Los sonidos eran más fuertes, engranajes y estática llenando el silencio anterior, cuando la puerta se abrió luego de estar cerrada por días o eso creía, dejando ver a aquellos culpables de su martirio. Hombres enmascarados y cubiertos de metal entraban al lugar, con pesados pasos y sin decir una palabra.
Sabía lo que ocurría.
Lo tomaron de los brazos levantando su cuerpo, este sin poder sostenerse a sí mismo, completamente perdido dentro de su propia mente. Quería correr, sacarselos de encima y alejarse de ese lugar para siempre. Pero todo lo que pudo hacer fue dejarse arrastrar por el establecimiento, esperando lo inevitable.
Afiladas cuchillas pasaban por su abdomen y costados, debían comprobar su curación. Pinzas entraban a su boca dejando heridas en su interior, logrando que la sangre brote de esta, sus colmillos debían ser más grandes. Grandes lámparas se encontraban sobre su cabeza, presenciando los crueles experimentos que realizaban en su anatomía, buscando la perfección. Armandolo sólo para volver a quitar pieza por pieza una vez más.Las lágrimas caían por sus ojos, quería creer que algún día dejaría de doler. Sería lo suficientemente fuerte para hacer caso omiso a aquellos escalofríos recorriendolo cada vez que algo rozaba su cuerpo, para dejar atrás sus gritos atormentados luego de cada sesión.
Pero comenzaba a creer que jamás pararía. Nunca pararian.
Theo Raeken fue arrastrado de regreso a su habitación, aquel lugar cerrado completamente y cubierto de pequeñas gotas de sangre, provenientes del cuerpo del adolescente.
Fue lanzado dentro de esta, dejando su cabeza descansar contra el suelo, sintiendo como su anatomía lentamente era sanada por sus habilidades. Escuchando un pitido constante en sus oídos, sin realmente poder enfocar la vista.No era nada.
Era su mascota, el conejillo de indias de sus pruebas en busca de la perfección. Su bondad a corromper.
Theo, Theo Raeken, posible éxito.
Quimera de hombre lobo y hombre coyote. Posible éxito.
Primera quimera. Éxito inminente.
Transformación completa en proceso.
Theo, Theo Raeken, transformación completada con éxito.
Primera quimera, fracaso. Aún a observar.
Theo Raeken, no alcanzadas las habilidades requeridas. Inminente maldad.
Primera quimera, la maldad perfecta. Aún a examinar.
Era todo lo que se reproducía en su mente luego de perder la conciencia.
No era nada.
No era nadie.
Jamás lo sería. Jamás se iría.
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Blood in the Water • Thiam
Science Fiction"𝑫𝒆 𝒕𝒊, 𝒂𝒑𝒓𝒆𝒏𝒅𝒊𝒎𝒐𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒍 𝒎𝒂𝒍 𝒗𝒆𝒓𝒅𝒂𝒅𝒆𝒓𝒐 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒔𝒖𝒓𝒈𝒆 𝒄𝒐𝒓𝒓𝒐𝒎𝒑𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒂𝒍𝒈𝒐 𝒎𝒖𝒚 𝒃𝒖𝒆𝒏𝒐" 5x19 "The Beast of Beacon Hills"