Capítulo 36

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Narra ________:

La cena fue tranquila, sentía una extraña habitualidad en aquella mesa, estar rodeada por los chicos era diferente de estar rodeada por mis amigos en el presente. De hecho al volver, me sentía algo ajena a la mansión.

En la mesa Giotto comenzó a explicar cómo gran parte del pueblo había caído con el temblor, había muchas casas frágiles circundantes, por lo que la mayoría de ellas sufrió alguna caída, y lamentablemente había algunas que habían caído por completo, y sus familias no tenían dónde vivir.

Estoy bastante segura de que Giotto explicó muchas más cosas, pero la verdad de las cosas es que me quedé embobada mirándole mientras hablaba, serio se veía muy guapo, aunque no tanto como cuando mostraba sus dulces sonrisas. Demonios, sueno igual que una adolescente.

—¿__________?

—¿Ah? —la voz de Giotto me despertó de mi ensoñación.

—Que si no quieres ir a descansar ya, el viaje te debe haber agotado —dijo Giotto con una sutil sonrisa.

—Sí, es verdad —respondí, después de todo, se suponía que había viajado en carruaje por bastante tiempo.

—Bueno, hora de dormir —dijo Daemon poniéndose de pie y ofreciéndole su mano a Elena—. ¿Vamos?

Elena se sonrojó sutilmente y tomó la mano de Daemon.

—Vamos.

Sonreí ampliamente, ellos se veían tan lindos juntos. Entonces recordé lo que se suponía que ocurriría después. Algo tenía que haber cambiado, ese Daemon no podía convertirse en lo que relataba la historia de Vongola. Me parecía imposible.

—Giotto —voltee a verle—. ¿Podemos hablar en tu habitación?

—Claro —dijo él poniéndose de pie.

—Buenas noches a todos —dijo G caminando hacia la puerta mientras encendía un cigarrillo.

Asimismo Lampo, Knuckle y Asari se despidieron para irse. Alaude se puso de pie caminando hacia mí y me habló al oído.

—Descansa, ¿si? Mañana te veo en la oficina.

Yo asentí con una sonrisa y Alaude salió del comedor.

—¿Quieres que pida algo para beber? —preguntó Giotto.

Yo negué con la cabeza y me puse de pie con las manos juntas.

—¿Vamos?

Él sonrió y se puso de pie para camináramos juntos fuera del comedor en dirección al segundo piso. En su habitación ambos nos sentamos sobre la cama.

—Estoy algo nervioso.

—¿Por qué? —pregunté divertida.

—Te extrañé mucho —respondió Giotto avergonzándome—. De hecho, Daemon varias veces me hizo ilusiones de ti y luego, cuando te iba a abrazar, te esfumabas.

No pude evitar reír.

—¡No, que malo es Daemon! —exclamé riendo, él me acompañó con ello.

Me le quedé mirando, era increíble como los sentimientos pueden hacer cambiar tu percepción de las personas. La primera vez que vi a Giotto claro que noté que era un hombre atractivo, pero eso solamente. Ahora verlo me derretía el corazón, no era fácil de explicar, pero era como si después de darme cuenta de lo que sentía por él, lo viera un millón de veces más apuesto.

Un Amor Que Nació En El Pasado [Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora