¿Una cita fallida?

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Me puse el vestido beige que mi novio me había regalado para mi cumpleaños, tenía un escote no muy pronunciado y se combinaba perfectamente con un cinturon en tonos más oscuros, me llegaba hasta por encima de las rodillas ajustándose a mi cuerpo. Lo acompañé de un maquillaje que acordara lo mejor posible: Tonos entre un naranja y un cobrizo  adornaban mis párpados, en mis mejillas un poco de rubor intentando tapar mi tez un tanto tostada sin suficiente éxito y en mis labios se posaba un leve brillo un tanto rosado. Planché mi cabello castaño oscuro para dejarlo un poco más alisado de lo que acostumbraba a estar en condiciones normales, acompañé mis orejas de los pendientes que mi mejor amiga Alejandra me había regalado por mi cumpleaños. Era un día especial y estaba muy emocionada por ello.
  El teléfono sonó, allí estaba Virginia requiriendo mi respuesta por videollamada.
-Hola Vir – Saludé.
-Hola mi querida, ¿Cómo estás con todos los preparativos? - Preguntó Virginia.
-Bien, ya falta poco para terminar de estar lista – Aseguré.
-¿Daniel aun no llega? - Consultó Virginia – Te ves absolutamente increíble Eva.
-No, debe estar por salir de su trabajo – Argumenté.
  Mientras terminaba de retocar el maquillaje de mi nariz con una brocha.
-Muchas gracias – Agradecí - ¿No crees qué exageré?
-¡Cualquier situación siempre amerita a vestirse así de bien! - Exclamó Virginia.
  Se hizo una pequeña pausa en donde guardé las brochas en un recipiente haciendo un poco de ruido.
-¿Pero sabe que tienen la cena, cierto? - Insistió Virginia.
-Pues, le dije hace una semana que hice la reservación – Manifesté.
-Ya debería haber vuelto – Dijo Virginia.
-Si reina, tienes razón – Dije.
  De fondo, escuché que la puerta se abría, logré escuchar como Daniel apoyaba las llaves sobre la mesa de la entrada como era de costumbre. Sus pasos se fueron acercando hacia donde estaba.
-Dame un segundo Vir – Pedí.
  Dejé el móvil sobre la mesa del baño, al lado de la bacha para lavarse las manos, impidiendo que pudiera verse el momento en el que mi novio llegaba hasta donde estaba.
-¡Cariño! - Exclamó Daniel.
-Aquí estoy bebé – Contesté.
-Samuel nos ha invitado a cenar a su casa – Comentó Daniel.
  Mientras caminaba hacia donde me encontraba, aun no me había visto. Se estaba acercando hasta donde me encontraba, mi sonrisa se estaba desvaneciendo tras escuchar aquella propuesta de su boca, luego de verme se quedó absolutamente mudo, me miró de arriba hacia abajo para luego proceder a besar mis labios tras sujetarme de la cintura.
-Te ves radiante – Aseguró Daniel.
-¿De verdad lo crees? - Pregunté.
-Cada día te ves más hermosa – Respondió Daniel.
  Me quedé callada, mirándolo con los ojos de un cachirrito deshauciado esperando que dijera algo más, que aquella invitación había sido una broma.
-¿A dónde vas a ir tan preciosa? - Consultó Daniel.
  ¿De verdad me lo estás preguntando? Pensé. Respiré hondo disimuladamente intentando calmarme.
-¿Acaso hay un evento especial en el trabajo? -Insistió Daniel.
  Trabajaba de mesera casi todas las noches en un restaurante y en un salón de fiestas. Era normal vestirse de gala en los eventos importantes de gente adinerada que se realizaban ahí, ellos mismos lo exigían, no era extraño verme de esta manera para irme a trabajar. Pero hoy no me tocaba claramente trabajar pues, con muchas súplicas había conseguido que me dieran el día libre para poder ir a celebrar el quinto aiversario de noviazgo con aquel hombre con quien convivía.
  Balbuceé un par de palabras que ni yo misma logré comprender, mis labios se separaron para no poder expresar siquiera una palabra muda, sinceramente no me podía estar entrando en la cabeza que se estuviera olvidando de esto, mucho menos si se lo había recordado el viernes anterior.
-¿Lo olvidaste? - Planteé.
-¿Me lo habías comentado cielo? -Refutó Daniel.
  Respira hondo Evaluna, respira hondo antes de insultarlo en cada rincón de su cuerpo.
-¡Saldremos juntas! - Gritó Virginia desde el teléfono.
-Perfecto cariño, había olvidado que me lo comentaste, disculpa – Dijo Daniel e hizo una pausa - ¿Necesitan que las alcance en el auto?
  Mi ser estaba comenzando a hervir, era como si el setenta porciento de mi composición en agua dentro de mi cuerpo estuviera haciendo ebullición, con potencial a transformarse en una bomba atomica de manera inminente. Una parte mía que parecía estar por ganar la batalla con la otra parte quería destrozarlo con uñas y dientes, la otra quería largarse a llorar mientras se hacía un bollo en el sofá con su frazada favorita cubriéndola.
-Yo pasaré por Evaluna en media hora – Aseguró Virginia.
  Daniel volvió a besar mis labios, me quedé quieta casi sin ninguna reacción para notar que tampoco se inmutó ante eso. Mi novio se fue hacia la habitación para cambiarse la ropa, yo me giré para ver desde arriba a la cámara que me llevaba nuevamente a la videollamada.
-Cálmate Evaluna, en media hora paso por ti – Insistió Virginia.
  La llamada se cortó, apoyé mi trasero contra la mesa dejando ese gran espejo con buena iluminación a mis espaldas. Las manos se tensaron en la misma, intenté ubicarme en el lugar y espacio ya que me terminé desorbitando por completo, ¡No esperaba que lo olvidara de esa manera! ¿Cómo puedes olvidarte de un evento como este? Siendo que siempre lo había recordado los años anteriores y hasta se había encargado él de hacer algo especial por ese momento.
  Pero esta vez parecía que se había olvidado, o quizás estaba haciendo todo esto a propósito en un complot con Virginia, la duda me mataba pero tampoco tenía tanta voluntad de averiguar por el miedo de que esa idea de que se hubiera olvidado fuera acertada.
  Mi parte molesta hizo que acabara de prepararme y sentarme a esperar que Virginia llegara a recogerme, tenía mil ideas dándome vueltas por la cabeza, miles de hipótesis que intentaban justificar eso. Lo vi cambiarse, ponerse tan guapo como siempre, se colocó gel en esos rizos dorados que tanto lo caracterizaran, se puso el perfume que más me gustaba sentir en su dulce piel, pero no era para mí y eso me llenaba de coraje.

¡Al carajo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora