Forbidden(KAMIJOXLectora)

Rose LEMON!!!

Advertencia: Este capitulo contiene LEMON!! XD

(Narra ________)

Al escuchar los golpecitos al otro lado de la puerta, nos separamos agitados.

-Armario...armario...- señale a la parte derecha de mi dormitorio, Kamijo sonrió como si se tratase de un juego, yo le devolví una igual.

Antes de abrir la puerta Kamijo entró en el armario, tal y como lo suponía, era Tanaka quien tocaba la puerta, ¬_¬.

-Paso algo...- me crucé de brazos.

- ¿Ha visto al Sr. Kamijo?...- negué con las cabeza- Bien... Perdón por haberla molestado señorita...-

- No te preocupes...-

- Por cierto quería pedirle una disculpa por lo de ayer...-

- Disculpa aceptada... - sonreí- ah, mañana tengo examen, podrían no interrumpirme a menos que sea una emergencia.

- Entiendo... Lo lamento, suerte...- Tanaka se retiró, mas tenía una extraña expresión en su rostro.

Cerré la puerta y en cuanto lo hice, Kamijo salió de su escondite. Me acerque a él.

- ¿Mañana tienes un examen?- dijo Kamijo mientras levantaba mi mentón y se acercaba peligrosamente a mis labios.

- No...- sonreí maliciosamente.

- Mhmph...- sus labios rozaron con los míos, mas no los juntamos en un beso- Entonces...- Kamijo retrocedió y se encargó de asegurar la puerta.

Desde ese momento no pronunciamos palabra alguna, nos comunicábamos a través de solo nuestros gestos. Acercándose a mi nuevamente, su mirada me provocó una corriente eléctrica. Sus manos acariciaban mis mejillas, mientras yo las sentía arder cada vez más. Retrocedimos hasta llegar a mi cama, con un gesto delicado, el empezó a quitarme la ropa. Y torpemente yo trate de hacerlo también. Expuesta a él solo con mi lencería, deslizó sus manos por mis hombros hasta llegar a mis manos, tomo a las mismas y en un gesto totalmente dulce, besó el torso de estas. Sonreí, y sin hacer ningún ruido, solo moviendo sus labios, formó un "Te amo". Sentí una loca necesidad de besarlo, pero él lo hizo primero, introdujo su lengua en mi boca, cuando ambas partes se encontraron, formando movimientos circulares, el calor de nuestros cuerpos iba subiendo con rapidez. Al separarnos deslizó sus manos por mis omoplatos y empezó a besar mi cuello, suavemente me acostó en la cama y se montó sobre mí. En un vago impulso de mi parte deslice mi mano hasta mi intimidad y empecé a acariciarla, mientras el liberaba mi pecho del brasier, yo estimulaba mi sexo. Sentía mis pezones duros, las yemas de sus dedos los rodearon, su miembro ya estaba claramente erguido, y yo estaba deseosa por sentirlo dentro de mí, pero primero me provocaría un orgasmo yo misma. Mientras el ritmo de mis masajes circulares a mi clítoris aumentaba, también lo hacían mis gemidos, con el dedo en medio de su boca, me recordaba que no podíamos hacer ruido.

Empezó a bajar, con besos acompañados por algunas lengüetadas, acaricio mis pechos y vientre. Pero no se acercó a mi intimidad, se encargó solamente de acariciar mis muslos, cuando llegó a mis rodillas, poso sus manos en cada una de ellas y abrió más mis piernas, miraba fijamente mi entrepierna, estado a punto de correrme tuve el impulso de cerrar mis ojos con fuerza, pero por primera vez en un buen rato dejo oír su voz.

- Abre tus ojos...Mírame...- enseguida lo hice, estaba un poco sorprendida por su comentario- Quiero apreciar tu expresión cuando te vengas...- estaba de echo muy avergonzada, pero hice lo que me pidió.

Era muy difícil mantener mis ojos abiertos pero un "Mírame" de su parte, me obligaba a abrirlos. Mantenia mi mirada fija en la suya, gemía y me estremecía, finalmente lance un sonido exasperado y arquee mi espalda, "Mírame" y eso fue lo que hice, al terminar me sonrió y después bajo a mi sexo, húmedo, por la estimulación causada y empezó a lengüetearlo. Pero los movimientos de su lengua duraron poco tiempo, ya que repentinamente introdujo su sexo en mí, un gemido contenido por mis manos apenas resonó en el lugar. Mi cuerpo entero se movía al ritmo de sus embestidas, mantuve mis manos en el mismo lugar, para no dejar escapar ningún sonido. Pequeños gemidos eran expulsados de sus carnosos labios, Kamijo tuvo repentinamente el impulso de tomar mis manos para apretarlas contra el colchón, dejando así el libre espacio hacia mi boca, su va y ven fue complementado por sus totalmente apasionados besos interrumpidos solamente por la falta de aire, varias veces recobramos el aliento agitados, para terminar uniendo nuestros labios nuevamente, un fino hilo de saliva brotaba desde su boca cuando nos separamos por última vez antes de llegar al que suponía como fin.