Forbidden(KAMIJOXLectora)

La rosa más hermosa del mundo

(Narra Kamijo) 

Cuando la vi me sentí feliz pero al mismo tiempo me sentí aún más culpable, sus ojos brillaron, se quedo estática al verme, pero ese brillo que había brotado se desvaneció cuando actué como si nada, quería verla sonreír, quería acariciar su cabellera, abrazarla, besarla, pero todo eso debía aguardar, ella con la mirada dirigida al suelo continuó también. Una de las sirvientas me ofreció el desayuno, pero yo realmente no tenía apetito, así que después de disculparme, salí enseguida de la mansión para dirigirme a mi auto, decidí ir con Daichi, mientras conducía hacía su casa me pregunte a mi mismo, que tan grande pudo ser mi ambición para que me casara con Midori, siempre había tenido dinero suficiente para solventare, porque maldita sea pensé que necesitaba más, porque creí que casándome con Midori conseguiría lo que quería, en cuanto a lo material, si lo he hecho, pero realmente ya nada de eso importaba , lo único que era importante para mi era ella. Sumido en pensamientos llegue a casa de Daichi, antes de bajarle del automóvil lo llamé, tardó mucho en contestar, nuevamente me puso impaciente.

 - ¿¡Donde rayos estas!?- exclamé cuando el respondió.

 - Estoy en un lugar...- estaba riéndose, al parecer se encontraba ocupado- ¿Por qué lo preguntas?- pude escuchar una risa femenina también. 

- Estoy a las afueras de tu casa- respondí ya impaciente, las risas se detuvieron. 

- Lo siento- dijo en un tono un tanto serio- No estoy en casa- su cambio de actitud me dejo extrañado. 

- Te veo mañana entonces...- colgué antes de que Daichi pudiera decirme algo mas, le hice caso a lo que había escuchado, total, era su vida privada. El hecho de que estuviera con alguna de sus "amigas" era algo que me importa muy poco. 

Volví a casa, pues tenía plazo de 1 mes para entregar las canciones que se presentarían para un nuevo álbum de estudio, debía distraerme de alguna manera, hasta encontrar una solución, aunque la impaciencia estaba invadiéndome, ¿Qué debía hacer para resolver lo que estaba pasando?, repetidas veces me lo había preguntado, sabía que llegaría al punto de ya no soportar más, desde que me enamore de ella en todo momento quería estar a su lado y eso no había cambiado, no sabia con exactitud cuanto tiempo estaría actuando de manera que pareciera que jamás la ame. Cuando entré en la mansión una de las sirvientas me recibió.

 - ¿Dónde está Tanaka?- pregunté, debía saber si continuaba aprovechando todo lo que había causado. 

 - No lo se señor, lo siento mucho-

 - Esta bien, no te preocupes...- me dirigí directamente al estudio, traté de avanzar con lo que había empezado a componer la noche anterior y que había dejado inconcluso. El solo hecho de pensar en ella y todos aquellos momentos hermosos que pasamos, me llevo a componer una especial y muy suave pieza. La rosa mas hermosa del mundo fue el nombre con el que titule la canción.

"Antes de darme cuenta, me vi enamorado de ti, tu continuas floreciendo, sin ningún cambio"

Cada nota y cada palabra se la dedicaba a ella, estar sin ________ me provocaba frustración pero debía soportarla, yo no era el único que sufría. La música siempre había sido mi refugio y esta vez aún más, me hubiera encantado decirle en aquel momento que esa canción le pertenecía, pero no, tenía que esperar hasta el día en que pudiera decírselo sin culpa y sin miedo alguno.

  (Narra _______) 

Después de lo ocurrido, trate de olvidar el incómodo momento, pero como lo imaginaba me fue difícil, mientras desayunaba Tanaka hablaba conmigo pero yo estaba tan distraída que no estaba al tanto de nada de lo que decía, lo único que hacía era pensar, ¿Acaso Kamijo no tiene remordimiento alguno?, le había entregado todo de mí, ¿Debía odiarlo?, sí, debería, pero no quería, a pesar de todo yo no sentía que lo odiaba, y realmente me aterraba la idea de volver a caer, porque realmente yo seguía amándolo, ¿como podía olvidar tan fácilmente todo lo que había pasado?, imposible, yo necesitaba a alguien y lo primero que se me vino a la mente fue mi madre, siempre le había tenido confianza absoluta, pero desde hacía meses que no teníamos una conversación, no podía contarle... Debía enfrentar todo yo sola.