Forbidden(KAMIJOXLectora)

Bajo la Luna

(Narra Tanaka)

¿Iluso?, veremos quién termina siendo el iluso. Camine en dirección a su dormitorio, cuando me detuve frente a su puerta, vacilé, me había pedido que no la molestara, y no quería que me odiase, pero aun así toque suavemente 2 veces, no recibí respuesta, en cuanto gire la manilla y verifique que estaba asegurada me preocupe, pero lo hice aun más cuando volví a tocar y nuevamente no contestó. Me precipité en busca del llavero que contenía todas y cada una de las llaves de absolutamente todas las puertas de la mansión, su puerta era la número 15. Introduje la llave en la manilla y con cautela abrí la puerta, había pensado que tal vez se duchaba pero no, ella estaba en su cama, dormida, lo único que pude apreciar fueron sus hombros desnudos y maldita sea lo supe todo, al verla sentí mis mejillas quemar, me acerque al filo de su cama, la había manipulado a su gusto una vez más. Aprecie su rostro, sus bien formados labios y sus parpados me embobaron y tuve una necesidad de tocarla, pero se suponía que ella creía que nadie sabía sobre su relación con su padrastro, no la haría sufrir, quien debía cargar con eso era él.

Me odie a mi mismo por haber creído en lo que me había dicho, pero no era su culpa, ella estaba siendo manipulada por el y debía hacer algo para no dejar que suceda eso nuevamente. Iba a salir de la habitación, pero algo me llamo la atención, una hoja de papel en el mueble a lado de su cama. Una sonrisa se dibujó en mi rostro, sabia precisamente que es lo que tenía que hacer después de ver aquella nota.

Lo lamentaba por ella, pero era necesario, deje la nota exactamente como la encontré, y salí dejando la puerta asegurada.

- Tanaka-kun...- me sobresalte.

-Aiko...- una de las sirvientas-...me asustaste.

-¿Que hacías?...-

-Nada...saldré más temprano hoy, infórmale al señor Kamijo si pregunta por mi...- por supuesto no lo haría, no estaría allí.

-Está bien...-

Salí de la mansión, tenía que prepararlo todo.

(Narra ________)

Al sentir algo de frio, desperté, me sobresalte al no ver a Kamijo a mi lado. Me senté sobre la cama y vi directamente a mi despertador 6:30, estaba algo oscuro así que prendí la lámpara del mueble al lado de la cama, la luz alumbro la belleza de una rosa, sonreí, sabía muy bien quien la había dejado, lo supe al ver la nota. Después de sonreír como una boba, me levante de la cama de un salto, 20:30, tenía apenas dos horas para arreglarme.

Tome una ducha y escogí el mejor vestido que encontré en mi armario, aunque en realidad no sabía que clase de cita era, aun así tome un vestido color blanco que se extendía a la altura de las rodillas, por supuesto me asegure de que combinara con el collar y los pendientes que el me había obsequiado. Nuevamente verifique la hora, tenía apenas 1 hora para llegar e insistí nuevamente con que fue una mala idea que compré una mansión tan lejos de la ciudad. Salí apresurada con una leva puesta y tomé un taxi.

Llegué a la plaza exactamente a las 20:45, pero en el lugar no había nadie, acaso el idiota me jugaría una mala pasada, me senté en la banca y entonces unas manos cubrieron mis ojos, sonreí.

- Dear my princess...- me susurro al oído y después acercándose un poco más, beso mi mejilla.

- Kamijo...- se sentó a mi lado.

- Llegas 15 minutos tarde...- me dijo mientras miraba su reloj de mano.

- Tú tienes la culpa...-

- Yo...- asentí- claro que no, por supuesto no es mi culpa que seas una dormilona, dime a qué hora despertaste...-

- 6:30...- se sorprendió al escucharme...- pero...-