𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐄𝐒𝐒| ❝ She is the princess of Mingde ❞
Wong Lin conocida como la princesa y genio de la Universidad Mingde, regresa a Shanghái luego de cuatro años estudiando y trabajando en el extranjero.
Meteor Garden fanfiction.
[𝘔𝘦𝘵𝘦𝘰𝘳 𝘎𝘢�...
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SEIS| SANYA (PARTE DOS)
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LA MÚSICA sonaba y la gente bailaba desperdigada por la playa. Llegamos directamente a la barra para pedir unos tragos antes de buscar a los chicos. Luego de las grabaciones, invité a Allan a pasarse por la fiesta que habíamos organizado.
Había pasado rápidamente por donde nos estábamos hospedando para cambiarme. No me encontré con Shancai ni Jing, por lo que supuse que ya se encontraban en la playa.
Allan tenía una fijación por el pequeño tatuaje que tenía en la clavícula, una flor de loto en tinta rosa. Normalmente lo tapaba, pues los tatuajes no eran muy bien vistos; pero por estar apurada, no me había molestado en hacerlo.
El vestido que llevaba puesto dejaba el tatuaje a la vista, un simple vestido de seda blanco de tirantes finos con pequeñas flores bordadas del mismo color. Se me ceñía en las costillas y caderas, pero era cómodo y suelto en la parte de abajo llegándome un poco más arriba de los tobillos. En el pecho, por la soltura, se formaban unos pequeños pliegues. El tono de rojo que llevaba en los labios resaltaba con la sencillez del resto de mi vestimenta.
Ladeé la cabeza al ver que no quitaba la vista del tatuaje, agarrando las dos copas que nos ofrecía el bar ténder.
—Sabes lo que significa, ¿no? —consultó finalmente, mirando todavía la pequeña flor en mi clavícula.
—Si no lo supiera, no me la hubiera hecho, Allan. —respondí tomando un trago de mi copa.
—¿Pregunta tonta?
—Pregunta tonta —confirmé—. Ven, los chicos están por allá. —lo tomé de la mano que tenía libre para comenzar a caminar hacia los chicos.
—Miren quién está aquí. —sonrió Meizuo cuando me vio.
—Nuestra princesa. —terminó Ximen haciendo una reverencia.
—Sí, sí. Basta de eso. Chicos él es Allan —dije señalándolo—. Allan, ellos son Meizuo y Ximen.
—Oh, sí. Lo recuerdo. Es con quien hiciste tu serie, ¿no? —recordó el moreno con entusiasmo—. Un gusto. —dijo, estrechando su mano con la de Allan. Ximen copió su acción.
—Espera, ¿qué es eso? —entrecerró los ojos, empujándose los lentes hacia atrás con la punta del dedo —. ¿Es un tatuaje? —preguntó asombrado, compartiendo una mirada sorprendida.
—Ahora entiendo la molestia de Lei.
—¿Qué? ¿Saben por qué Lei ha estado ignorándome? —los detuve confundida.
—¿Tu no? —cuestionó igual de confundido Meizuo.
—Cambiaste, princesa —dijo el de lentes, con un aire nostálgico—. Cambiaste mucho.
