LIVING WITH THEM

Everything has a happy ending

Pasó su mano sobre su pelo bajo mi mirada atenta. Respiré hondo.

-El día en que tus primos te trajeron a casa, Daniel y yo estamos poco de acuerdo en que su prima viniera a casa durante todo el verano e interferiera en nuestra vida pero como tu misma pudiste comprobar, nuestra opinión njo sirvió de mucho.-Rió y yo me mordí la lengua. Tenía que dejar hablar a  James y no interrumpirle. Esta vez quería escuchar todo lo que quería decirme James y aclarar mi mente.

-Entonces pasaron los días y tu seguías ignorándonos, hasta llegaste a escaparte para ir a ver a Crawford y a Chris.-Su tono tenía cierto tono de ¿celos?.

-Te escapaste, como si te tuviéramos encarcelada o algo parecido. Solo te hubiera sobrado con un me  voy a casa de Crawford y Chris vendré luego.-Rió amargamente y me abracé a mi misma, hacia frío demasiado frío.

-Pero eso no fue todo, tú seguías ignorándonos hasta que supimos la verdad de todo esto. Ninguno de los cinco nos hacíamos a la idea de lo duro que era para tí formar parte de la familia de los gemelos y de Beau. Esto... que fuéramos The Janoskians. Al final te fuiste suavizando con nosotros a tu manera y más o menos terminamos bien, solo que había un pequelño problema, ahora que estábamos comenzando a caernos bien, el verano terminó y llegó la hora de que volvieras a casa y empezaras de nuevo el curso escolar. Pensamos que al irte estaríamos más aliviados y tendríamos en menos cosas que preocuparnos.-Ouch, eso dolió.-Pero estábamos equivocados. Nada más irte nos dimos cuenta que nos habíamos hecho ya a la idea de tenerte todos los días en casa quejándote por nuestro comportamiento, burlándote de nuestros errores o gestos o tus comentarios sarcásticos a cada minuto.-No pude contener una sonrisa, yo sabía que James era muy dulce, pero esto superaba mis expectativas.

-Y ¡bum!, llegó Cat, esa alocada pelirroja parecida a Ariana y un chico con tatuajes y ojos azules de los que te enamoraste.-Susurró.

-No me dí cuenta de lo celoso que estaba hasta que os ví cada día abrazados, besándoos o cariñosos el uno con el otro. Mi mente me hacía jugadas y me ponía en el lugar de Ash, aún sigo haciéndolo.Se rectificó y los latidos de mi corazón se aceleraron.

-Todo pasó muy rápido, llegó la noticia de Los Ángeles, todos los sucesos anteriores y vuestro sí. El día que os lo dijimos a ambas me dí cuenta de que aunque tú todavía no lo sabías, algo pasaba cada vez que estábamos cerca.-Y no se equivocaba, llevaba todo la maldita razón del mundo, mis manos emipezan a sudar y mi corazón se desboca en cada mirada o sonrisa que me dedica y esto no lo había experimentado jamás con James. Y los dos nos dimos cuenta de que a los dos nos ocurria lo mismo.

-Luego estuvo anoche, cuando sin queres chocamos. Para que engañarte, quería besarte, lo deseaba con todas mis fuerzas.-Pasó su lengua por sus labios y proseguió. 

-Pero te apartaste y sé que era lo mejor, que esto debería quedarse como estaba. Pero me doy cuenta de que no puedo y esto me está volviendo loco.-Susurró. Me quedé quieta, como una estatua mirando a James quién me estudiaba silenciosamente.

-Por favor, dí algo.-Suplicó y yo coloqué mis manos en sus mejillas. Mi mente me decía a gritos que esto no estaba bien, que esto no iba a funcionar nunca, que esto estaba muy pero que muy mal. Solo qu emi corazón me tiraba a él. Mi cara se acercó más a él y James jadeó. Cerré mis ojos y junté mis labios con él. Y no me arrepiento, se siente genial. Las manos de James bajaron a mis caderas y su lengua tocó mis labios pidiéndo permiso que inmediatamente permití, ni él ni yo hicimos amago de alejarnos el uno del otro, pero ya sabemos, el oxígeno es necesario.

-Yo...-Empezó James, pero lo silencié con otro beso, no quería empezar ahora mismo a discutir sobre esto, solo quería besarlo.

Y creo que pasaron unos 20 minutos hasta que un grito de sorpresa nos alertó. Un pelo rojizo se delató a si misma mientras que James me miraba inespresivo.