Catástrofe

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A la mañana siguiente me desperté incluso antes de que amaneciera.

No había pegado ojo en toda la noche pensando en todo lo que se puede ir al traste por una simple conversación.

Quizás haberles contado lo que había hecho justo al llegar a casa hubiera hecho que se enfadaran  algo menos,  pero llegar hacer como si nada y enterarse a través de otras fuentes.

Me sentía fatal por James ya que él sin saberlo fue quien me llevó a Starbucks y aunque el no lo supiera sabía que los demás lo iban a tener muy en cuenta.

Entiendo a la perfección a Effy Stonem,  una chica con doble personalidad,  padres estirados que piensan que están educando y criando a la perfección a su hija , mientras que ella sufre. Ese personaje ficticio era mi reflejo solo que a veces pienso que tengo algo más de suerte que ella , algo que me da rabia ya que al final todo lo bueno que me dan termino perdiéndolo.

Me levanté de la cama,  busqué rápidamente algo cómodo que vestir y huí de aquella casa,  de la catástrofe como buena cobarde que soy.

...

El cielo se acababa de tornar oscuro y las nubes no daban la sensación de que se iban a quedar quietas sin mojar a nada que se encontrara debajo de ellas. Así que como buena adivina empezaron a caer unas pequeñas gotas en mi cabeza hasta formarse una gran tormenta.

Y adivinad , no tenía paraguas.

Rápidamente entré en el primer local que estaba lo suficiente cerca para no terminar mas mojada de lo que ya estaba. No me había fijado en que era una peluquería y no una simple peluquería si no la peluquería a la que siempre venía de pequeña sola,  ya que mis padres estaban demasiado ocupados. Llevaba ya desde los ocho años si mal no recuerdo en venir aquí para cortarme el pelo, a mi madre le dio por  experimentar algo que terminó a los doce años cuando fui consciente de que aquello no era su fuerte.

- Buenos días que de...- La mujer que se encontraba tras el mostrador sería de unos 50 años o así y al despegar la vista de la vieja libreta en la que supongo que anotaría las citas se quedó muda.- ¿_____?.- Preguntó la mujer menuda también conocida como Annie. Ella era una señora muy dulce recuerdo que aquí era donde me pasaba las tardes en las que venía a cortarme el pelo , siempre estábamos hablando y me daba gominolas y dulces , como la abuela paterna que nunca tuve , ya que tengo a mi nana mi abuela materna. Ella era bajita , ojos azules,  piel blanca y pelo grisáceo largo que recogía siempre en un moño desordenado.

Sin duda de joven había sido una mujer destacada en Melbourne por su belleza y simpatía hacia los demás.

- Annie.- Nombré sonriente para en cuestión de segundos estar envuelta en sus brazos.

- Oh ____ estás hecha una belleza,  pero te tengo que regañar. ¿Dónde te has metido todo este tiempo señorita?.- Intentó parecer enfadada pero rápidamente me estrechó en sus brazos de nuevo.

- Sin duda me recuerdas mucho a mí de joven y de seguro que tienes a una larga fila de muchachos detrás tuya.- Me guiñó un ojo y se dirigió hacia las sillas donde te aclaraban el pelo. Le seguí el paso y suspiré.

- No creo que sea una belleza,  en Melbourne hay una gran cantidad de chicas y de seguro que son mas guapas que yo.- Contesté. Negó con la cabeza y palmeó la silla para que me sentara en ella.

-Serán guapas, pero no tengan tantas virtudes como tú.- Me senté en la silla y eché la cabeza hacia atrás mientras que escuchaba el sonido del grifo abrirse.

-¿Cuáles son mis virtudes?.- Pregunté confusa mientras que Annie me lavaba y enjuagaba el pelo.

- Eres mágica ____. Recuérdalo eres única.- Annie rodeó mi cabeza con una toalla y se colocó en frente mía sonriente.

- Pero he hecho cosas que no debería de haber hecho.- Corregí.

- De los errores se aprende.- Respondió mientras que subía sus gafas lentamente sobre el puente de su nariz.

De pronto la campanita de la puerta sonó indicando que alguien había entrado.

- Lo siento mucho Annie la tormenta a aumentado el tráfico.- Una chica pelirroja entró apresurada a la peluquería mientras que intentaba cerrar el paraguas.

- No te preocupes Sarah.- Annie respondió y se dirigió de nuevo tras el mostrador.

La chica que acababa de entrar recogió su pelo en una coleta y se dirigió hacia mi.

- Soy Sarah y uhm me parece que hoy voy a ser tu peluquera.

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Lo siento muchiiiisimo,  creo que ya me e disculpado un par de veces pero no son suficientes.

Espero subir mas seguido capítulos, pronto las cosas se pondrán más interesantes.

XOXO

LIVING WITH THEMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora