Dos semanas después…
Alan mira la lámpara de la mesita de noche de la habitación de la casa de Serena, lo hace para después desviar su mirada hacia Serena, aquella chica impulsiva que se había colado en su mente desde el primer día que la vio. Durante varios segundos, ninguna de los dos hace ningún movimiento. Ninguna de los dos dice ninguna palabra.
—Aún no creo que estemos aquí ahora mismo. —La mira con los ojos entrecerrados —. Aunque bueno, era algo inevitable.
Serena lo mira frunciendo el ceño, ¿Cómo que inevitable? ¿A qué se debía esas palabras?
— ¿Qué dices, Alan? —preguntó ella, atontada—. ¿Sabías quién era yo antes de conocernos?
Alan traga saliva, para luego echarse hacia atrás en el cabecero de la cama. Frustrado, lanza un suspiro al aire.
—Será mejor que no responda a esa pregunta.
— ¿Me habías visto antes de conocernos? ¿En el bar quizás?
Él la observa fijamente, con una expresión que indica que está dividido entre responder o ignorar. Se levanta de la cama y camina hacia la puerta, haciéndole saber a Serena que la conversación ha terminado.
—Sí —dice mientras la mira por encima del hombro —. Te vi varias veces antes de conocernos…
Al escuchar esas palabras, todo lo que Serena tenía en su mente había pasado a segundo plano. Se sentía aturdida, desorientada. Alan se había marchado de la habitación, pero aún seguía en el apartamento. Y es que, no se iría de allí hasta tener noticias de su pequeña pelirroja. Cuando Serena volvió en sí, salió corriendo de la cama dispuesta a encarar a ese estúpido pelirrojo. Porque ella no tenía la más mínima idea de dónde podía haberla visto.
Cuando llegó a la sala de estar, se encontró a un Alan ensimismado con las noticias de la televisión, muy calmado, como si no hubiera soltado la bomba de tiempo que soltó. Iba a protestar, pero Alan la hizo callar con un rotundo chss. Algo había en la tele que era muy importante escuchar.
«Veinte razones por las que Hazel Rice probablemente siga viva»
«Si Hazel Rice fuera una niña pobre y no una futura heredera del clan Cook, a nadie le importaría…»
«La policía vuelve a interrogar al reciente y flamante padre de la pequeña: lo declaran oficialmente sospechoso»
«Las autoridades encuentran la ropa que llevaba la pequeña el día que desapareció; la policía analiza la sangre encontrada en ella.»
Los medios de comunicación eran demasiado predecibles. Dirigían todas las historias importantes con el mismo criterio: noticias de última hora. Exprimen una gran historia tanto como pueden, y justo cuando comience a perder fuerza, se dedican a la siguiente noticia de última hora. Alan ya estaba cansado de aquello. Y para colmo, ahora también era sospechoso del secuestro de su propia hija.
La policía tenía una gran historia para culparlo a él: según ellos, Alan había preparado todo aquello porque perdió el juicio sobre la custodia de Hazel. Qué manera de decir estupideces. Han pasado dos semanas desde que Hazel fue dada por perdida, y su desaparición estaba evaporándose poco a poco de este círculo vicioso, y solo estaba siendo mencionada por las cadenas de noticias cuando se hallan desesperadas por ganar audiencia y quieren exponer un nuevo enfoque para la historia. De vez en cuando, el nombre de Hazel reaparecía en los periódicos junto a su foto.
Serena miraba todo aquel círculo vicioso con las lágrimas casi derramándose. Dos emanas sin saber nada de su pequeña pelirroja. Era desesperante. Nada, ni una llamada, ni un mensaje, nada. Pero como si el destino le hubiera leído la mente, el teléfono de línea fija comenzó a sonar de manera abrupta.
![](https://img.wattpad.com/cover/278884521-288-k297005.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Mi Pequeña Pelirroja © (En edición)
RomanceA veces la felicidad también viene en rojo. COMPLETA Serena odia los pelirrojos, tanto, que acaba borracha y desproticando contra ellos en un bar de Nueva York. El dueño del bar, Alan Cook la escucha y decide bajarle los humos, porque claro, su cab...