Me preparaba para volver a Chicago, después de casi 10 años en Nueva York decidí mudarme nuevamente a mi ciudad natal. Estaba en el aeropuerto esperando que anunciaran mi vuelo, pensando si realmente esta era una buena decisión. A pesar de que haber ido un par de veces sabia que volver a vivir y a trabajar significaría volver a enfrentarme a mi pasado.
Escuche que anunciaron mi vuelo, me subí al avión, busque mi asiento, lo había reservado junto a la ventana y luego de unos minutos el avión despego, mientras miraba como la ciudad en la que me refugié durante tantos años se quedaba atrás, me dispuse a dormir, me esperaban más de dos horas de viaje, así que me acomode y caí rendida inmediatamente, la verdad es que últimos días no había descansado bien con todo las cosas del viaje. Desperté cuando ya estábamos por llegar a Chicago, ya era de noche, fue un aterrizaje tranquilo, recogí mis maletas y salí a buscar un taxi para ir al hotel en el que me quedare durante un par de días, mientras veo el tema de mi nuevo apartamento.
Estaba mirando por la ventana de mi habitación las calles, los edificios, realmente amaba esta ciudad. Pensaba en todo lo que había pasado después de que me fui de aquí, todas a las personas que no volvería a ver y en la promesa que había hecho a Tío Al la última vez que lo vi, sin duda a él sería a quien más extrañaría. Después de largos minutos, me cambié de ropa y me fui a dormir, me tenía que levantar temprano.
Desperté con el sonido de la alarma, realmente no me quería levantar, lo apague y me fui directo al baño. Cuando estuve lista, salí del hotel y fui a una cafetería a desayunar, pedí un café con unas medialunas y mientras esperaba a que me hicieran el pedido, sonó mi teléfono, era una llamada de mi mejor amigo. Sonreí al ver su nombre en la pantalla, lo extrañaba demasiado y tenia muchas ganas de verlo.
- ¡Hey! ¿Cómo estas Sweet? - dije apenas contesté
- Bien - me respondió - ¿Estás en la oficina?
- No, me tomé el día libre, ¿Qué sucede? - le mentí, justo tenía que llamar hoy por algo del trabajo
- Nada, solo necesitaba información -
- Lo siento, no te puedo ayudar -
- ¿Está todo bien? No sueles tomarte días libres - se escuchaba un poco de preocupación su voz
- Si, todo bien, solo necesitaba un día para dormir hasta tarde aunque no lo conseguí - reí tratando de que no sospechara nada - y fue una orden -
- Eso tiene mas sentido - río - Tengo que volver al trabajo -
- Adiós Cariño, cuídate -
- Lo haré, Adiós - Me colgó, creo que no sospechó nada.
Me entregaron mi pedido y me fui directo con quién me mostraría mi nuevo apartamento. Al llegar la encargada me lo mostró y me entregó las llaves, terminé de firmar unos documentos y al fin tenía mi apartamento. Ella se fue y yo me quedé unos momentos ahí, me imaginaba cómo sería mi vida y si me quedaría aquí definitivamente o volvería a Nueva York.
Pase el resto del día en el centro comercial, eligiendo decoraciones para mi nuevo hogar, realmente no soy para nada amiga de las compras, me gusta todo y me cuesta decidir. Lo primero que compre fue la cama, un sofá para la sala y un par de cosas más con entrega para el día siguiente. Lleve lo que había comprado para el apartamento, instale algunas cosas, tratando de dejar ordenado lo que más pudiera para mudarme pronto.
Al día siguiente me desperté temprano, incluso antes de que la alarme sonara, hice mi rutina de mañana, me puse ropa cómoda y salí rumbo a mi apartamento. Al llegar partí por recibir lo que llegó en el camión de la mudanza y terminar lo que me quedo del día anterior, no compre muchas cosas solamente lo mas esencial, por lo menos para mi. Ya para medio día tenia todo terminado, en la cocina, la vajilla y cubiertos estaban en su lugar, las sillas y la nevera que traían junto con la cama y el sofá, para la sala solo había comprado una alfombra, cortinas y el sofá, que estaba esperando que llegara, y finalmente para las habitaciones de invitados compre unas cortinas y unos cuadros decorativos de flores para que no se vieran tan vacías mientras compraba mas cosas. Y para la principal además de mi cama y la ropa de cama, compre unas pequeñas mesas de noche y unas lamparas.
Estuve toda la tarde esperando que hicieran la entrega, hasta que finalmente llegaron. Deje todo acomodado, mi apartamento estaba listo para que me mudara, pero preferí pasar la noche en el hotel y ya mañana me traería todas mis cosas. De mi apartamento en Nueva York me traje pocas cosas, principalmente mi ropa, zapatos, archivos de casos y un par de cuadros de fotos, el resto lo dejé allá, no lo quise desocupar, así que lo deje intacto con el propósito de tener un lugar a donde llegar, cuando vaya de visita. Tenia ganas de partir desde cero, tal como lo hice cuando me fui, pero sin dejar a mis amistades y a quienes considero familia como lo hice aquella vez.
Volví al hotel, pedí servicio a la habitación y me senté en la ventana a mirar la ciudad mientras cenaba. Me puse a pensar en Papá, tantos años sin verlo, bueno más bien sin hablar con él, lo he visto un par de veces desde la distancia. Recuerdo la primera vez que lo vi desde que me fui de casa, habían pasado casi 5 años, cuando apareció en aquella cafetería a la que yo solía ir.
*4 años atrás*
Estaba sentada en una de las mesas que estaban cerca de la ventana, mientras bebía mi café. Me gustaba mucho mirar los autos pasar, a la gente que caminaba por ahí, en especial cuando el trabajo había estado difícil, la paz que me generaba estar ahí era todo lo que necesitaba. Pero mi paz termino de un momento a otro cuando por casualidad miré hacia la entrada y vi a mi padre entrar junto una mujer y dos personas más, una chica rubia y un hombre de cabello oscuro.
- Esto tiene que ser una broma - dije en un susurro.
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Siempre A Tu Lado - Chicago PD
Fanfic"Te lo prometí" "Eres el único que siempre ha estado a mi lado"