Lorenzo entró a la habitación encontrándose con su hijo mayor sentado en el piano que le regalaron cuando cumplió 15 años, había insistido en que le gustaría aprender a tocar dicho instrumento, y su Clarice no dudo en obsequiárselo, ya ha pasado un año desde eso y su hijo ha mostrado gran dote musical. Piero aparto su vista de las teclas y miro fijamente a su padre, mientras caminaba hacia él, con los brazos cruzados sobre su pecho y una mirada severa.
- ¿Algo más que decir, Piero?, ¿Quizás el cómo alguien les pudo vender alcohol a menores de edad? -
-Ya me descubriste y me quitaste las botellas, eso no importa ahora- contestó despacio, sin ánimos de discutir y deseando que no hiciera más preguntas con respecto a ese tema, estaba decidido en no delatar a sus amigos.
- ¡Claro que importa jovencito! – Regañó enojado su padre elevando el tono de voz, pero inmediatamente se percató y se obligó a serenarse, no serviría de nada gritarle a su hijo enfadado - ¿A casó piensas que con tu madre vamos a permitir que nuevamente un irresponsable facilite alcohol a unos niños?, si hace falta me encargó que clausuren aquel lugar-
-Siempre resuelves todo así, cuando no estás de acuerdo con algo, te esmeras en que cambie para que funcione a te gusto- Se quejó
-Así es como debe ser, no se les puede vender alcohol a menores de 18 años, y tú señorito tienes 16 años, apenas cumplidos-
-Te preocupas de seguir la ley, pero no siempre es correcto como tú piensas o asumes las cosas- Le espetó a su padre.
-Aquí no se trata de lo que piense, Piero. Si no, de que hicieron algo mal, si la policía se hubiera percatado de lo que tenían esas mochilas, aún estarían en problemas, y quizás el dejarlos un tiempo más allí hubiera sido un buen escarmiento, agradece que el vendedor se dio cuenta por las cámaras de que esos bolsos eran suyos y se lo entregó a Richard sin siquiera revisar lo que tenían-
-Tampoco debieron revisarlos ustedes, ¿Qué paso con los derechos civiles? - Cuestionó un tanto frustrado.
-No me vengas con los derechos civiles, cuando te refieres a ellos para justificar el ocultar alcohol siendo menor de edad jovencito- Gruñó Lorenzo -Quiero que me digas como lo consiguieron-
Espero unos segundos, pero no hubo respuesta por parte de su hijo, aún mantenía su mirada en él, pero de su boca no salía palabra alguna.
-Piero, responde lo que te pregunte- Amonestó secamente.
-Que importa, si ya nos lo quitaron, jod...- Dijo Piero más para si mismo, pero su padre igualmente lo escuchó.
-No te atrevas a terminar esa frase- Le advirtió sonando peligroso
El plan de Lorenzo sobre tener una conversación calmada con su hijo se estaba yendo por la borda, y era innegable que él era el culpable, al no poder controlar su temperamento.
-Hablo enserio Piero- Pidió cansado ante el mutismo de su hijo -bien, si no lo quieres decir solo empeoras la situación-
Lorenzo se acomodó en la cama, y se arremango la manga de su camisa ante la atenta mirada de su hijo, Piero lo observaba cautelosamente mientras comenzaba a sentir una picazón y molestia en su trasero ante su futuro próximo.
-Ahora túmbate, hijo- Le pidió su Padre en un tono más inofensivo que antes, al tiempo en que se tocaba sus piernas.
-No soy un niño, papá, ya no tengo la edad de Magdalena- Se quejó firmemente su hijo.
-Pues desde mi punto de vista, de 8 a 16 años no hay diferencia, hijo- Comentó Lorenzo -menos cuando te comportas y mientes peor que tu hermana-
-No he mentido- se defendió.
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Improvisando
FanficUA. Una Familia tradicional con tres hijos, de los cuales dos son adolescentes propensos a comportarse como jóvenes de su edad. Atención, contiene Spanking Paternal, si no gusta, no lea.