4.

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Newt se levantó y fue a abrirla, dejando ver a Minho tras el marco de esta.

—Hola —saludó el chico, para después entrar en el lugar como si nada.

Fue y se recostó sobre la cama, miré a Newt con el semblante ligeramente fruncido, el solo me dio una sonrisa ladina.

—¡Oye, Newt! —se escuchó la voz de Thomas llamando a Newt, a los pocos segundos este estaba frente a la puerta con una sonrisa y el cabello húmedo— ¿Qué más tenemos que hacer?

—Hoy nada, es todo por hoy —respondió el rubio con su tono tranquilo habitual.

—Oh —tras unos segundos en silencio el castaño se adentró en la habitación también.

Newt y yo nos observamos con el ceño fruncido, tras unos segundos de mantener nuestras miradas conectadas comenzamos a reír.

—Creo que están perdiendo la cabeza —dijo el asiático para Thomas, el solo rio, Newt y yo paramos de reír, el rubio, de nuevo fue hasta la cama y se sentó —¿Qué estaban haciendo?

—Nada, estaba dibujando a Newt —respondí con tranquilidad.

—Y eso porque —dijo alargando la última letra esperando que completara su frase.

—No lo sé, es divertido, me gusta.

—¿Te gusta? —preguntó Minho con una sonrisa divertida en su rostro, yo algo confundida asentí.

—Sí, me gusta dibujar.

—Ah, vale, te gusta dibujar, yo pensaba que te gustaba otra cosa —hizo una breve pausa—. Más bien pensaba que te gustaba alguien más.

Amplió su sonrisa e inclino su cabeza hacia el lado en el que estaba Newt.

Después de que Minho y Thomas hicieran bromas sobre eso, pasamos el rato hablando, riendo de los malos chistes, en su mayoría contados por Minho, esto hasta que fuimos a la cena, ahí nos reunimos con el resto de los habitantes y seguimos pasando un buen rato.

—Creo que debería irme a dormir, ya es tarde, además ya me pesan los ojos —dije mirándolos.

—Descansa pequeña —respondió el rubio a mi lado.

—Adiós —dijo Minho mientras me ponía de pie.

Caminé hasta las hamacas, me recosté sobre la mía y cerré los ojos, pasados unos minutos, aunque yo lo sentí como una eternidad los abrí, al parecer todos estaban dormidos, a excepción de mí. De nuevo, me quede mirando hacia arriba por un tiempo más.

Me puse de pie para ir al bosque, pensé en ir por Newt pero seguramente ya estaba dormido, y no quería despertarlo.

Cuando los árboles comenzaron a hacerse presentes la voz de aquel chico me hizo sobresaltar.

—¿A dónde vas sin mí? —me giré para encontrarme con el chico de cabellera rubia yendo hacia mí— Te dije que me llamaras, al menos que quieras perderte de nuevo.

—Bueno, ya estás aquí —respondí tomándolo de la mano.

Comenzamos a caminar en silencio hasta que el rubio volvió a hablar.

—¿Qué hacías despierta de nuevo?

—No podía dormir, las hamacas son tan incómodas —dije mirando el suelo para no tropezar con alguna roca o algo por el estilo.

—¿Y decidiste venir al bosque?

—Así es, además, ¿a qué otro lugar podría ir? Digo, no hay mucho que hacer por las noches.

Forever | Newt |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora