33. Los últimos días

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Abby

Faltaban tres días para que Logan cogiera el avión y se fuera un mes a hacer las prácticas con la moto. Una parte de mí estaba contentísima de que se fuera a luchar por su sueño, pero la otra estaba triste por no poder verlo durante todo el día.

Era el tercer día y estaba sentada en la silla del escritorio con el portátil y con mi manzanilla en la mesa. Estaba escribiendo mi novela, que la verdad ya tenía cuarenta mil visualizaciones y varias personas no paraban de comentar que le estaba encantando como se estaba desenvolviendo y que entendía perfectamente a la protagonista.

''Hal al día siguiente de habernos acostado no volvió a verme la cara y lo peor es que su grupo de amigos me veían con cierta ¿burla? Tal vez él le había contado todo a sus amigos y por eso me veían así. Fui una idiota por dejarme llevar y no haberme dado de cuenta que Hal solo haría eso para decir que la chica empollona del instituto le había quitado la virginidad.

Me daba asco saber que el chico que tanto me gustaba, me hizo eso. Y lo peor es que yo no paraba de imaginarme el momento en el que me acosté con él. Fue lo mejor de mi vida. Tal vez debería de haberme ido para casa antes de llegar a la taquilla y encontrarme muchos papeles pegados que ponían; <¿te gustó, empollona?>, <¿Creías que alguien como Hal estaría contigo? Patética.>, <Deberías de aprender hacerlo mejor.>, <No te ilusiones, empollona.>, <Hal solo te quería para sacarte la virginidad.>, <No te emociones y estudia, empollona.>, <Todos queríamos conseguir tu virginidad, pero resulta que Hal se adelantó.> y muchas más frases horribles que preferí no leerlas.

¿En serio que a pleno siglo XXI hay que escuchar estas barbaridades? Me parece una asquerosidad la sociedad en la que vivimos. La gente no se conforma en vivir su vida sin criticar al resto, no sé qué clase de satisfacción le dan.

Directamente no fui a clases, me fui corriendo a la biblioteca con todas las miradas encima mía. En ese momento quería desaparecer y no volver más. Estaban siendo muy crueles conmigo cuando yo nunca les había hecho algo, no entendía este rechazo por parte de ellos.''

De repente paré de escribir por unas voces que provenían del pasillo. Al escucharlas ya supe que eran Logan y Grayson. ¿No podían hablar civilizadamente sin gritar?

Me levanté irritada de la silla y me fui al pasillo. Cuando abrí la puerta me fijé que Logan estaba enfrente de Grayson en la puerta de la habitación del último nombrado.

—¡¿Pero por qué te la traes a casa?! ¡No estás tú solo con ella aquí!—dijo Logan irritado.

—¡Tú tienes a Abby todo el día en casa y nadie protesta!

—¡Pero tú eres un niñato el cual aún no sabes lo que es una mamada!

¿De verdad que lo que acaba de escuchar en ese momento, lo escuché bien?

—¡Tengo dieciocho años y sí que sé que es una jodida mamada!—se defendió el otro.

—¡Pues si tienes dieciocho años para saber que es una mamada, también tienes dieciocho para cogerte un hotel y follar con ella!

—¡Tú y Abby lleváis días haciendo ruido, y tampoco os dije nada! ¡Así que respeta mi relación!

Yo empecé a ruborizarme al escuchar el comentario de Grayson. ¿En serio qué se nos escuchaba?

—Chicos...—los llamé acercándome aunque no me hicieron caso.

—¡Pues te fastidias! ¡Pero desde luego que no quiero escuchar a mi hermano de dieciocho años follando con su novia!

Mi pesadilla favoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora