Distancia

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A Fiat le gustaría decir que los dos años que estuvo prácticamente solo en aquella casa (puesto que los padres de Leo viajaban mucho por sus trabajos) fueron agradables, que los supo sobrellevar bien y no hacer un drama de todo ello

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A Fiat le gustaría decir que los dos años que estuvo prácticamente solo en aquella casa (puesto que los padres de Leo viajaban mucho por sus trabajos) fueron agradables, que los supo sobrellevar bien y no hacer un drama de todo ello. Le encantaría decir que no lloró día sí y día también acurrucado en la cama de Leo. Amaría decir que no tuvo un ataque de ansiedad cuando notó que el olor de Leo se estaba desvaneciendo de todas sus pertenencias. Su olor era lo único que lo mantenía calmado, lo usaba para poder dormir la mayoría del tiempo después de clases. Apenas comía, en el colegio no paraba de estudiar, y no iba al comedor, dejando a sus amigos totalmente de lado. Cuando llegaba a casa y una de las mujeres que trabajaba en la cocina le decía lo que había de comer este solo asentía y subía al cuarto de Leo para sumergirse en su olor y dormir hasta llegada la noche, donde bajaba a la cocina para comer lo que se guardó de la mañana. No tenía tarea que hacer porque toda la terminaba en su horario escolar, por lo que cuando terminaba de cenar lo poco que cupiese en su estómago se volvía a acostar en la cama de Leo.

Podría mirar su móvil, entrar en redes y chatear un poco para distraerse, pero no lo hacía. Todo dejó de importar cuando se sintió abandonado por su dueño.

Y sí. Sabía que Leo odiaba esa palabra, pero para Fiat sentirse suyo era inevitable.

El día que Leo partió y lo único que hizo fue darle un pequeño abrazo junto a un "Te llamaré siempre, y tú llámame si te pasa algo, estudia mucho, Fiat", ese maldito día, algo se rompió dentro del gatito.

Sus orejas dejaron de mostrarse, pues todo el rato estaban agazapadas entre su cabello.

En conclusión, la partida de su Leo había causado estragos.

Cuando lo llamaba, a veces se quedaba callado, solo escuchando lo que Leo tenía para decirle. Escuchar su voz era como ponerle agua fría a una quemadura, un alivio muy grande.

Pero por desgracia, cuando quitas el chorro de agua fría, la quemazón vuelve incluso más fuerte.

"Espero que estés pasandola muy bien con tus amigos, Fiat."

"¿Estás alimentándote bien?"

"Te echo de menos, no tener a mi mejor amigo cerca a veces se vuelve pesado"

"Fiat, yo..."

"Come bien, por favor"

"Hagamos una videollamada"

"Estás muy delgado, voy a encargarme de que la señora Prim te haga un menú para que subas de peso"

"Y... ¿Hay alguna chica que te guste?"

Mæw (Leo & Fiat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora