Reo Mikage

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- Contesta por favor- Las manos de la fémina temblaban mientras tenía el celular entre manos- ¡Maldita sea, Reo! - Estaba totalmente desesperada y el hecho de que el pelimorado no contestara era peor.

- ¡(N) abre esa maldita puerta en este instante! - Los gritos de su padre resonaban del otro lado de la puerta, pero ella los continuaba ignorando.

- Mierda, por favor contesta- Sus llamadas seguían siendo totalmente inútiles ya que el contrario se encontraba en una fiesta que habían organizado sus padres para que empezara a asimilar con qué tipo de personas iba a convivir en su futuro como heredero de Mikage Corporation. ¿Cómo había llegado su vida a ese punto? era lo que se preguntaba la fémina en ese momento, sus recuerdos coincidieron justo en el momento que su padre logró romper la puerta.

(...)

Ni ella misma sabía cómo logró entrar en aquella preparatoria de élite, pero ahí estaba, desde el primer momento que ingresó, había llamado la atención de muchos debido a sus rasgos, parecía ser mestiza y las facciones de su cara destacaban mucho más debido a sus largas pestañas.

Aquel cabello morado destacaba a donde quiera que fuera, sabía quién era y por eso, su disgusto fue mayor al verlo sentado en el asiento de al lado, de todas formas, lo ignoró.

- Sé quién eres, no necesitas presentarte- Detuvo al pelimorado antes de que éste pudiera decir algo.

- Pues no sabía que era tan conocido- La fémina soltó una risa sarcástica al escuchar las palabras del contrario.

- ¿Esperas que me crea eso?

- Pero yo no soy el único conocido, ¿o me equivoco, Kamitani (N)?

- Para nada, Mikage Reo- Le dedicó una mirada desinteresada al pelimorado antes de girar su vista al pizarrón, dando por finalizada la conversación.

Las semanas siguientes a eso eran bastante repetitivas: Reo intentando de todo para hablar con la fémina y siendo ignorado completamente en todas las ocasiones. El de ojos morados no sabía qué tenía la adolescente en su contra, pero era eso mismo lo que generaba que la quisiera, siempre tuvo todo lo que quería, todas las mujeres caían rendidas ante él entonces ¿por qué ahora era distinto?

- ¿Por qué me ignoras? - Fue lo que preguntó una vez acorraló a la fémina contra una pared.

- Porque no me agradas- La contraria no se inmutó ni siquiera cuando el pelimorado había acercado peligrosamente su cara contra la de ella, contrario a lo que pensaba el adolescente, la fémina invirtió los papeles: ahora era él quien estaba siendo acorralado contra la pared y con los labios de la fémina a pocos centímetros de los suyos, juraría que se estaban rozando y la habría besado de no ser porque la contraria se separó y, mirando la cara de confusión que tenía el más alto, soltó una risa burlona para después irse. Reo quedó incrédulo en el lugar y sus rápidos latidos fueron los que confirmaron lo que tenía en mente: ella debía a ser suya.

El día siguiente de eso había transcurrido con total normalidad hasta que el de hebras moradas se percató que la fémina se estaba mensajeando con alguien.

¿Estás libre hoy?

Claro, ¿Dónde nos vemos?

El lugar de siempre.

Ahí estaré.

- ¿Con quién hablas? - La preguntaba la había pillado desprevenida.

- Maldita sea, Reo no hables de la nada- La fémina se llevó una mano al pecho mientras suspiraba.

- ¿Con quién hablas? - Volvió a preguntar el pelimorado.

One Shots | Blue Lock |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora