Barou Shohei

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—¡Shohei ya hablamos suficiente, no pienso seguir discutiendo contigo! —se quejó (N) mientras aceleraba el paso tratando de dejar atrás a su novio.

—Aún no terminamos de hablar, (N) —reprendió el más alto posicionándose a su lado sin ningún esfuerzo.

—Es que no entiendo cuál es el problema en que hable con tus amigos.

—No son mis amigos —comentó el ojirojo entre dientes. —Si te juntas con ellos se te va a pegar su estupidez.

—Eso es muy grosero de tu parte —regañó la más baja recibiendo un bufido del contrario.

—Es la verdad.

A lo lejos, un grupo de adolescentes miraban discutir a la joven pareja.

—¿No creen que hay que detenerlos? —preguntó Isagi un tanto preocupado.

—Puede ser —comentó Reo —No sé cuál de los dos es más impaciente, es muy probable que alguno de los dos se vaya antes de que puedan solucionar sus problemas.

—Deben dejar que solucionen sus cosas ellos —mencionó Rin como si aquello fuera lo más obvio del mundo. —Si están discutiendo por culpa de ustedes, que es lo más probable, dudo que Barou quiera que se entrometan.

—Solo empeoraríamos la situación —concluyó Isagi.

—No creo que nosotros seamos el motivo de su pelea, es decir, no hemos hecho nada malo, ¿no? —preguntó Bachira con inocencia, recibiendo una mirada acusatoria de parte de los presentes. —¿Qué?

—Creo que tú eres el principal problema —señaló Nagi acusatoriamente.

—¡¿Yo?! —se exaltó Bachira al notar que todos le daban la razón al peliblanco. —¡Pero si yo no he hecho nada malo!

—Creo que Barou siempre a dejado en claro que no le gusta el contacto físico —comentó Reo.

—¿Y eso qué? no es como si yo lo hubiera abrazado alguna vez —Bachira se encontraba confundido.

—A él no, pero a (N) sí. Y estoy seguro que eso le molesta aún más.

El peliamarillo quedó procesando aquello unos segundos, antes de encaminarse en dirección a la pareja.

—Les demostraré que están equivocados —murmuró más para sí mismo que para los demás.

—¿Deberíamos detenerlo? —preguntó Isagi.

—Nah, cada quién elije cómo morir —respondió con simpleza Nagi.

Meguru nada más llegar donde la pareja abrazó a (N) por los hombros.

—Oigan tortolitos, los chicos dicen que están discutiendo por mi culpa, así que vine a demostrar que no es así —mencionó Bachira con una sonrisa.

Ante la cercanía del individuo, Barou frunció aún más el seño antes de separarlo de su novia.

—Quítate, apestoso. Vas a ensuciarla.

—¡Shohei! —regañó (N) —¿Qué fue lo que hablamos? —reprendió la más baja, recibiendo un chasqueo de lengua por parte del contrario. —No te preocupes, Bachira, tú no tienes la culpa de nada.

—Eres el culpable de todo —comentó el más alto.

—Maldita sea, ¿alguna vez me escuchas cuando te hablo? —(N) se volvió a girar para mirar a su novio con el ceño fruncido.

Barou ignoró aquello y siguió mirando a Bachira con enojo.

—Esto es peor que hablar con una pared, me rindo —se quejó la fémina mientras emprendía camino a su hogar.

—Oi, (N) —la llamó Barou —Todavía no terminamos de hablar —regañó caminando a la par.

Bachira parpadeó procesando aquello que había sucedido frente a él en cosa de minutos.

—No entiendo, ¿es mi culpa o no? —preguntó al aire el peliamarillo.

Desde la distancia el grupo de adolescentes miraba como la pareja seguía discutiendo, hasta que la sensación de pequeñas gotas cayendo sobre ellos detuvo su pelea. Barou abrió el paraguas que llevaba en la mano, cubriendo a ambos de la lluvia para después continuar con su pleito.

—Quizás si lo puedan solucionar solos —comentó con gracia Isagi al perder a la pareja de vista.






Bonus

Días después de lo ocurrido la pareja se encontraba como si nada. (N) hablaba tranquilamente mientras Barou la escuchaba atentamente.

La burbuja de paz en la que se mantenían no podía ser rota por nada en ese momento... O eso era lo que todos pensaban antes de que llegara Bachira a abrazar a la fémina.

—Hey, (N) —saludó el peliamarillo al tiempo que empezaba a hablar enérgicamente.

La adolescente giró a ver su novio y notó cómo se le marcaba una vena en la frente del enojo que sentía. Pensó que ahí empezaría otra banal discusión, sin embargo, y, para su sorpresa, escuchó suspirar calmadamente a su pareja.

Meguru sintió como retiraban sus brazos de los hombros de (N), al tiempo que la veía alejarse levemente de él. El peliamarillo se paró de mejor forma para tener un panorama completo y no pudo evitar soltar una risa al notar que Barou había abrazado a la fémina hacia su cuerpo con algo de recelo.

—¿Qué? —preguntó indiferente el pelinegro al notar la mirada inquisitiva de (N) —Sigan hablando.

One Shots | Blue Lock |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora