OO2.

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Molestó el minino Yoon se dirigió hasta la cocina, saltando a la encimera y camino directo al lavabo donde, a juzgar por su oído, los cuáles nunca fallaban, los irritantes maullidos que no lo dejaban descansar provenían.

—H-Hola… —habló el que parecía el responsable de su enfado detrás del vidrio, sentado en las hierbas que crecían en el grueso borde de la ventana. Temblando por el frío.

YoonGi apareció a la vista del minino, lamiendo sus patas con desinterés puesto que seguía enfadado y por un momento decidió regalarle un poco de su atención al desamparado, perdiendo cualquier deje de aquellas emociones al notar el estado del contrario.

—¿Estas bien? —maulló el gato blanco con preocupación, recibiendo una respuesta de inmediato.

—N-No mucho… —chilló el contrario en pena— ¿Podrías de-dejarme pasar? —tartamudeaba por la temperatura baja de su cuerpo.

YoonGi sintió como algo en su interior se revolvía, sintiendo pena por el pobre gatito.

—Espera —expresó rápido ignorando a las cosquillas en su pancita.

Bajó saltando y corrió hasta la habitación de su dueña, notándola dormida y dio un brinco hasta la espalda de ella, viéndola girarse y cuando tuvo oportunidad camino por la cara de la peli-negra.

—¿Qué? —emitió somnolienta, bostezando y se tapó con sus mantas hasta cabeza, acurrucándose entre ellas—, no molestes, Yoon. —murmuró tratando de regresar a dormir.

—¡Vamos! —pero, si el gatito no lo habían dejador dormir, menos lo haría ella.

Vio un hueco entre las frazadas, adentrándose hasta encarar a su ama. Volvió a maullar con más fuerza.

—Hay un gato afuera, ve, ábrele. —y en lugar de pedírselo lo demandó.

—Demonios. —musitó la mujer levantándose.

Sorprendiendo al minino, dejándolo con la intriga de que tal vez la peli-negra sí lo escuchase. Siendo la única y verdadera realidad el hecho de que la muchacha solo se había levantado por la necesidad de colocarle agua a su minino, recordando que en todo su día había estado tan ocupada como para acordarse.

YoonGi volvió a subirse a la encimera, captando la atención de Lea y con un ligero maullido le aviso al minino fuera de la casa que comenzara a hacer ruido, el cual hizo caso con todas sus fuerzas.

—¿Qué es eso? —dijo la peli-negra confundida, detectando al gato fuera del cristal lleno de suciedad.

Abrió el pasador de la ventana, tomando con fuerza al felino entre sus brazos cuando él decidió saltar necesitando de alguna calidez, buscándolo en la joven.

La muchacha no se molestó, aun viendo como su bata color amarillo pastel era ensuciada, acariciando las orejitas del gatito para que no se preocupara.

YoonGi soltó un maullido, descontento por la actitud del minino y su ama.

—T-Tengo frío. —intento escudarse con el gato blanco, siendo cargado hasta lo que, con seguridad, era la habitación de la amable humana.

Gato Gruñón © YoonSeokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora