OO5.

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HoSeok ahora acostumbraba a lamer regularmente el pelaje del minino blanco, sin obtener alguna queja de YoonGi puesto que no parecía molestarle, y en lugar del zarpazo que pensó recibir la primera vez que realizo el acto, gran fue su sorpresa cuando el mayor ronroneo a gusto, dejando consentirlo. Como ahora lo estaba haciendo.

Lea los observaba desde el sofá, detallando con el ceño fruncido como sus dos mininos parecían «jugar» y con un deje de desaprobación se acercó a ellos, viendo lo adorable de sus dos gatos.

—¿Qué hacen, mininos? —preguntó y claramente no recibió mas respuesta que un maullido.

No juzgaba la acción, no la malinterpreten, solo se sentía frustrada con ella misma al no poder comprender, escuchando un sinfín de maullidos ¡Mierda, cuanto deseaba ella poder hablar aquel idioma gatuno! Aunque bueno, ese con seguridad seria el deseo de muchos.

Y por supuesto, como ya se mencionó, al gatito Yoon no le molestaba las acciones de su menor, no obstante, a su pancita no le daba igual, sintiendo como si se hubiera tragado algún animal y ahora aquel desde el interior lo fuera a matar.

—¡YoonYoon Hyung! —le llamó HoSeok, con esa nueva terminación que había aprendido tan solo unos días antes, luego de que el hermano y amigo de su dueña Lea la visitacen.

El que según recordaba el naranjo que se llamaba TaeHyung, se había dirigido así al hermano de su dueña el cual parecía ser mayor que él, interpretándolo de aquella forma luego de que, con múltiples maullidos, el menor lo tomo entre sus brazos y moviendo su cabecita cada vez que el azabache pronunciaba la susodicha palabra, el chico le llegó a comprender su pregunta dándole una ligera explicación.

Aquello significaba respeto, y el minino HoSeok tenía mucho de aquello por el blanquecino.

—¿Qué? —emitió Yoon, su maullido tambaleando un poco al sentirse inexplicablemente nervioso.

HoSeok le deposito un lamido en su mejilla, oyendo una pequeña queja del mayor ya que el pobre minino no podía con más, y olió el pelaje de Yoon, deteniéndose en su oreja, la cual llamo su atención, dándole un mordisco.

YoonGi salto sorprendido y algo adolorido por el tacto de los colmillos, alejándose un poco de HoSeok.

—Perdón, perdón —movió el naranjo sus bigotitos, logrando así obtener el perdón del gato—. Iba a deci-

Y hubiera podido terminar de hablar, a no ser por el sonido de la puerta siendo abierta con brusquedad, interrumpiendo su gatuna. conversación.

El conocido como el hermano menor de su dueña entro, cargando un semblante de preocupación.

Gato Gruñón © YoonSeokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora