Capítulo 1: Cuarentena

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(Narra: Nate)

No es un buen día, recién abro los ojos y veo malas noticias por todas partes. Abra la red social que abra, todo es más de lo mismo, parece que ha llegado el momento que muchos esperaban luego de la aparición de esta nueva enfermedad que le cobrará a la humanidad el daño que le ha hecho por tanto tiempo a la naturaleza. COVID-19 es su nombre, ese que todos conocemos como un catarro, pero bastante grave, y que ahora nos encerrará a todos en casa por un largo tiempo indeterminado.

Decirle a un joven de 17 años que va a perder los mejores años de su vida encerrado en casa, es terrible, y ese era mi caso y el de muchos otros.

Por mi parte no era el fin del mundo, no soy ese tipo de chico que vive de fiesta en fiesta todos los fines de semana, de hecho, es asfixiante a veces que la sociedad te obligue a la "diversión" porque estás joven, y que te juzguen por no ser fiestero es ridículo, ¡que cada quien disfruta la vida a su manera, joder! Pero bueno, realmente yo no le doy mucha importancia a lo que dicen que debo hacer.

Hoy se suponía que tenía que ir a la escuela, como cada día, pero ahora con esto de la cuarentena parece que no habrá escuela, no sé si alegrarme o preocuparme. Bueno, mentira, obvio me alegro, a ver, no es que me alegre de que haya una enfermedad matando a miles de personas, pero la realidad es una: a nadie le gusta ir a la escuela. Lo bueno de la escuela es... cuando lo encuentren espero que me hagan saber, no vale que me digan "te prepara para el futuro", "te forma para un buen trabajo", ¿quién quiere trabajar? Vamos, que eso de "si trabajas haciendo lo que te gusta te irá bien" no me transmite confianza, si así fuese, ¿por qué mis padres llegan a casa con esa cara de cansancio y obstine? En fin, eso es lo que nos toca y no hay de otra.

La mañana se torna aburrida, me molesta haberme levantado temprano en vano, ahora volverme a dormir es imposible, la costumbre y el insomnio se toman de la mano. Llamaré a Nico para ver qué tal lleva la mañana.

- Nate, ¿se puede saber qué haces despierto? ¡No hay escuela, mi hermano! ¿Sabes lo que eso significa? Vacaciones, mi hermano, ¡vacaciones al fin! - vaya, sí que lleva bien esto.

- Nada pues, ya sabes, a la vez que me levanto no hay remedio. ¿Tú cómo ves esto de la cuarentena? - vamos a ver qué me dice.

- Bueno, la verdad yo lo llamaría un regalo enviado por... ya sabes, ja, ja, ja, no es que me alegre de que haya una enfermedad, pero... ¿vacaciones? Eso es un regalo que no se puede desperdiciar - en eso tiene razón.

- Tú y tus teorías sobre extraterrestres, ¿qué es esto entonces? ¿Otra técnica para matarnos a todos? - es que, ¿cómo le cabe en la cabeza?

- ¡Pues claro! Ja, ja, ja. Piensa, ¿ahora de dónde salió esto? Eso fue enviado por ellos mismos, la extinción de la humanidad es su meta - hablar en serio con este hombre es imposible, ¿se puede ser más infantil?

- Sí, claro, ahora falta que nos abduzcan - no pude evitar reírme, escuchar eso de mí sonaba tan ridículo.

- Siempre te burlas de mí, pero un día te vas a sorprender, vas a ver - lo dudo mucho.

- Sí, cómo no, no me caben dudas de eso - ¿ironía? ¿Dónde?

- Ja, ja, ja, bueno, hermano, si me lo permites yo voy a seguir durmiendo, y deberías hacer lo mismo - misión imposible.

- Vamos a ver qué hago - respondí - Dale hasta luego, bro, cuídate.

Luego de colgar, me di cuenta de que este sería otro día aburridísimo.

...

Bajé a la cocina en busca de desayuno, a todas estas no había comido nada.

Mascarilla Perfecta (En Curso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora