(Narra: Nate)
Han pasado seis meses desde que comenzó el tiempo de cuarentena.
Seguía en casa sin poder salir, socializar con alguien más allá de una videollamada o un chat era un riego, respirar con libertad era un lujo, se hicieron monótonos estos meses.
Mi padre volvió a su puesto de trabajo intermitentemente, o sea, estaba un tiempo en casa, otro en el trabajo y así. Mamá siguió aquí por tres meses hasta que volvió a su puesto de la misma forma, aunque un poco más constante. Todos los negocios renovaron su forma de trabajar acorde a la etapa.
El viernes pasado me levanté temprano como cada día hábil de la semana, dispuesto a ver mis clases virtuales e intentar captar algo, para mi sorpresa la clase fue de puro repaso, y al concluirla, comenzó el boletín informativo de fin de semana en la televisión, de casualidad me quedé sentado a escuchar las noticias, nuevamente me sorprendieron, esto le daba sentido al repaso que acababa de recibir.
Continuando con otras informaciones, damos a conocer la decisión del sistema educativo de reiniciar el curso escolar este próximo lunes, los principales representantes del sector educativo prometen a las familias que cada escuela ha creado las condiciones necesarias para continuar, no obstante han ofrecido dos opciones, podrán escoger entre llevar a sus hijos de vuelta a las escuelas o mantenerlos en casa donde continuarán las actividades virtuales, incorporando las de los más pequeños.
Mi madre al enterarse de esto me preguntó qué pensaba hacer. Por fortuna o desgracia, tenía que regresar a la escuela, en casa las clases se hacían muy complicadas, no estaba aprendiendo nada y no podía reprobar el curso.
En un inicio, la noticia me pareció espectacular, por fin me liberaría de la pesada monotonía que estaba viviendo, pero después caí en la dura realidad: nada iba a ser como antes.
Iba a regresar, sí, no obstante tenía que cumplir con una serie de medidas para cuidarme y cuidar a mis padres, ver las cifras de muertes en las noticias me asustaba, no quería estar entre esos números, ni que tampoco estuviese alguien de mi familia o grupo de amigos, pero no había alternativa. Debía cuidarme para así cuidar de los demás, así como debía estudiar para garantizar mi futuro, y si lograba equilibrar ambas cosas, todo estaría en orden.
Hoy es domingo, mi último día en estas cuatro paredes, con mamá, quien hizo del tiempo en confinamiento una experiencia bastante agradable, con sus bromas, juegos, comidas, ideas familiares, etcétera. Mañana ella y papá comenzarían a trabajar de manera más estable según tengo entendido.
Para el almuerzo y la cena, mi madre se destacó aún más, pasamos un último día todos juntos muy ameno, en parte iba a extrañar esto, pero al fin iba a continuar mi vida, aunque no fuera igual.
Cercana la hora de dormir, dejé preparada la mochila con todo lo que iba a necesitar en la mesa de estudio que tenía en mi cuarto, me despedí de la computadora cerrando el último vídeo de YouTube que tenía en "Ver más tarde" y proseguí a dormir para estar listo para hacerle frente al nuevo comienzo.
...
La canción de mi alarma sonaba una y otra vez, era "The Spectre" de Alan Walker, tomé mi celular para apagarla, me estiré un poco y me quedé viendo a la nada hasta que por fin decidí poner los pies en el suelo, se sentía bastante frío.
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Mascarilla Perfecta (En Curso)
RomanceNate Jefferson, joven de 17 años con un futuro por delante y miles de metas por trazar, pero al igual que toda la humanidad, condenado por una pandemia que no parece tener fin, haciendo que la vida de todos se detenga indeterminadamente. ¿Existirá a...