(Narra: Nate)
Una vez en casa no tenía mucho que hacer. Mamá no estaba aún, por lo que simplemente tomé un dulce de la encimera como merienda y subí a mi habitación.
Recordé la dichosa tarea que tanto lío había causado, el recuerdo invadió mi mente de nuevo, ¿cómo le diría a Ania lo que yo siento?
Debía distraerme un poco, recordé Instagram y a su vez a Sara. Es una chica bonita y carismática, seguro tiene cuenta.
Coloqué "Sara Martínez" en el buscador y no tardaron en salir coincidencias. Había muchas, pero luego de ver algunas fotos de perfil encontré a quien buscaba.
Como era de esperarse, no tenía una cuenta muy activa, su vida en el pueblo donde vivía era mucho más aislada de las redes, aún así tenía fotos en él y parece un lugar bastante bonito y acogedor. Su mayor actividad procedía de estos días, tenía ya fotos con Rebe y una que otra compañera de clase. Lucía estupenda en cada foto, una belleza natural, sin rastro de maquillaje excesivo ni filtros de más.
Dudé un poco, pero no tardé en seguirla, no veía nada de malo en hacerlo. Para mi sorpresa, pocos minutos después me devolvió el "follow", me puso nervioso, pero muy feliz, en mi perfil no iba a encontrar mucho, ni la gran cosa, pero que me siguiera estaba genial, la verdad.
Decidí aprovechar esta pequeña felicidad para irle con ganas a las labores escolares, a fin de cuentas, no se iban a hacer solas y no eran pocas.
...
(Narra: Nico)
La tarde se ponía gris como mis pensamientos. Había dejado a Nate hace un momento en la estación del autobús.
Iba a ser otro día de mierda, en estos momentos es cuando más extraño mi infancia, la mejor etapa de la vida sin duda, todo era juego y diversión, sin preocupaciones ni días grises mentalmente hablando, pero crecer es parte del camino.
No tenía ganas de llegar a casa, la idea de escuchar a mis padres peleando día y noche no me hacía para nada feliz, mucho menos ver como mi padre nos maltrata, pero llegué, mis pies me llevaron solos, abrí la puerta con una mano mientras que con la otra sostenía unos chocolates para mamá.
Entré y para mi sorpresa mamá no estaba, decidí llamarla para confirmar que esté todo bien, pero no contestó, esto me dejaba aún más preocupado.
Papá seguro estaba en su panadería. Todos lo tenían como el panadero Jacinto, un hombre intachable con una familia prestigiosa, y sí, su familia era prestigiosa, ¿pero él? Él era el típico elemento de la sociedad lleno de apariencias, una basura, un doble cara, mi padre, pero una escoria.
Todos me ven risueño y soñador en la escuela o en la calle, pero esta es mi realidad, y cada broma es un escape de todo esto, a fin de cuentas, yo también soy un doble cara, aprendí del mejor maestro, pero al menos yo no le hago daño a nadie más que a mí mismo.
Nate Jefferson, mi amigo de hace años, la persona más importante de todas las que conozco, quien más me ayudaba a escapar de la realidad, pues lo amaba, sí, a un chico, ¿puede ser peor mi vida? Gay, hijo de un dictador y enamorado de un chico heterosexual que además, es mi mejor amigo, siendo testigo de sus amoríos y, sobre todo, Ania, con quien las cosas no están ni regulares ahora.
Tenía que ocultar mi secreto, un deseo prohibido e imposible.
¿Debería seguir viviendo? A veces pienso seriamente en el valor de mi vida, pero no puedo desaparecer, no podría hacerle eso a mi madre, ella no lo merece, solo me tiene a mí, y yo solo la tengo a ella.
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Mascarilla Perfecta (En Curso)
RomanceNate Jefferson, joven de 17 años con un futuro por delante y miles de metas por trazar, pero al igual que toda la humanidad, condenado por una pandemia que no parece tener fin, haciendo que la vida de todos se detenga indeterminadamente. ¿Existirá a...