Capítulo 4: Amiguita

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(Narra: Nate)

La escuela tenía esa tradición de recibir a los nuevos estudiantes con aplausos, de ahí el hecho de que mis compañeros no cesasen.

- Bien, jóvenes, ha sido suficiente, dejen que se presente - comentó la asistente.

- Muchas gracias a todos, mi nombre es Sara Martínez, es un gusto estar aquí, mi país de origen es España y espero ser una buena compañera de clase - su inocencia me inspiraba ternura, ojalá todos la reciban bien.

- Bueno, Sara, te deseo lo mejor en tu primer día, toma asiento junto a tu compañera Rebeca - mencionó la asistente - Denle un buen día a Sara, ahora viene su profesora a comenzar con la primera clase, nos vemos - se despidió, Sara caminó hasta Rebe.

Rebe es bastante buena onda, creo que se llevarán muy bien, es la típica joven que se lleva con todos los del aula sin importar absolutamente nada.

No dejo de mirar la mascarilla de Sara, blanca como las nubes, es muy llamativa, traía un corazón negro en medio, su cara compaginaba con el accesorio.

La gente comenzó a acercarse con curiosidad por la nueva compañera, la saludaban y le hacían preguntas, comenzó a hacerse presente su asento español, siempre me ha gustado la forma en que hablan allá en España.

...

El reloj marcaba las 12, hora del almuerzo, durante la clase noté como la chica nueva y Rebe hablaron muchísimo, parece que hicieron buenas migas, mi sospecha fue cierta.

Nico, Ania y yo salimos fuera, enseguida Katya se nos unió y pude ver como la nueva se veía un poco perdida, tenía que ayudarla como buen compañero de clase que soy.

- Chicos ahora vuelvo - les avisé.

- Míralo como va encima de la nueva, no pierde tiempo - escuché decir a Nico mientras me iba, decidí ignorarlo, no merecía la pena perder tiempo en bromas.

Paso a paso me acerqué, lleno de vergüenza, hasta estar a muy poca distancia de ella, ¿acaso invadía su espacio?

- Hola - logré decir luego de unos segundos ahogado en el silencio.

- Oh, hola, ¿Nate, cierto? - ¿pero cómo sabe mi nombre?

- Sí... el mismo... - respondí esperando una explicación.

- Ja, ja, perdón que me haya presentado así, es que ya me hablaron de ti por ser uno de los mejores de la clase y tal - no me sorprende, aquí hablan de todo el mundo.

- Ah... ja, ja, no sé qué decir - pasé mi mano por la parte trasera de mi cabeza, agitando un poco el corto pelo - Supongo que estudio un poco más que el resto - tontísimo que soy al decir una cosa así.

- Ja, ja, tranquilo, no te sientas apenado, me alegra que haya al menos algunos pocos que sí os importe el futuro, no veo mucha gente centrada en esta escuela - sentí que podía hablar con ella de cualquier cosa con libertad.

- En todas las escuelas suele ser así - respondí.

- No creas, de donde vengo se estudia mucho más - me dijo - Ay, por cierto, perdón ando muy perdida, ¿me puedes indicar el camino para almorzar?

- Ah, claro, claro, acompáñame - si supiera ella que con esa excusa venía.

La llevé hasta el mostrador de la cafetería, en el cual pidió el mismo almuerzo que pedí yo.

- Pero bueno, cuéntame cómo es donde vienes, si puedo saber claro - me estoy viendo de asco.

- No hay problema - tomó un bocado y continuó - Pues en mi pueblo nos preparábamos mucho más. Debido a ser un lugar apartado de la ciudad, no disponemos de mucho internet, por lo que estudiar se nos hace menos difícil, para alguien de aquí suena tonto, pero pueblos así aún existen, me gusta el internet igual que a todos, pero a veces es bueno apartarse un poco y centrar el tiempo en las prioridades.

Mascarilla Perfecta (En Curso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora