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Cuando el texto aparece en negrita, son diálogos en lenguaje de señas.

OMNISCIENTE

Nathaniel frota su rostro y frunce el ceño, viendo de lejos al grupo de amigos.

Su mirada se centra en la chica delgada, pelinegra y de ojos siempre alertas, desconfiados.

¿Podría ser...?

Hace muchos años había aceptado que ambos habían muerto en algún lugar de ese bosque.

Sus manos se aprietan en puños.

Pero su olor... Lo reconocería en cualquier lugar.

¿Cómo es posible?

¿Dónde está Carter?

¿Cómo puede lucir tan joven? Ella debería de tener la misma edad que Mar.

Miles de preguntas se formulan en su cabeza y no encuentra ninguna respuesta.

Nota el brazo de Sam sobre los hombros de la pelinegra. Protector.

Esto es malo... Muy malo.

Se aleja de ahí, sin notar que un pelinegro de ojos verdes lo observaba con una sonrisa de lado.

...

Al cruzar la puerta, el rubio nota a Pierce y a Rory sentados en el sillón, tomando alcohol, riendo con un festín en la mesa frente a ellos.

-Nathaniel, hermano mío- Pierce sonrió hacia él- ¿Quieres cenar con nosotros?

- ¿Qué están haciendo?

-Vamos a celebrar, emborracharnos y comer hasta el amanecer, ¿qué no ves? -bufó Rory.

- ¿Por qué la repentina fiesta? ¿Y "S"?

-Ella está demasiado ocupada en este momento, como para pasar un rato con sus hermanos- el más alto rodó los ojos.

-Encontramos por fin a Amaris, ¿puedes creerlo? Hay que celebrarlo- el más bajo sonrió con malicia- Luego le daremos la sorpresa a nuestra hermanita mayor.

- ¿Amaris? -a la mente del hermano menor vino la imagen de la bebé recién nacida que en algún momento sostuvo en brazos.

"S" había dado a luz a una saludable bebé. Nathaniel sonrió y acarició el cabello negro que decoraba su pequeña cabecita. A su pecho llegó un calor que no sentía desde mamá. Un sentimiento de amor y protección lo llenó y sólo pudo mirar embobado a su sobrina.

-Eres hermosa... Amaris- empezó a balancearla suavemente, tarareando una canción de cuna que su madre alguna vez había cantado para él.

Pierce y Rory habían salido cuando "S" entró en trabajo de parto y a él le tocó atenderlo.

Carter se acercó con lágrimas en los ojos. El brujo recibió a su hija en brazos y cuando le dio un beso en la frente, "S" se incorporó, despertando de su inconsciencia.

-Amor mío, mira a nuestra hija- Carter sonrió enseñándole a su bebé, con la esperanza de que, al verla, su esposa olvidara todos los pensamientos que había tenido durante el embarazo, pero al ver la mirada sombría en ella, se dio cuenta que se había equivocado. Atrajo a la bebé a su pecho.

-Eres un mentiroso- le escupió en la cara- Lo puedo sentir... Esa... Esa cosa, me ha quitado la mitad de mi energía- "S" jadeaba, sintiendo ira correr por sus venas- Debe de devolvérmela.

-No... No lo harías, ¿verdad? -Carter se puso de pie lentamente, viendo el humo débil que salía de las manos de su esposa.

-Dámela, Carter- demandó.

Sam Donde viven las historias. Descúbrelo ahora