II

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- ¿Estás seguro de quedarte más tiempo? Pasaste la noche aquí. Madam Yu volverá a castigarte.

Wei WuXian y Lan WangJi caminaban por el el mismo camino de tierra colina arriba hacia la cabaña de las gencianas. El cielo estaba nublado, las nubes estaban bajas y él único sonido que se podía escuchar era el de sus pisadas y el sonido del viento al mover las hojas de los árboles.

- Incluso si no me regaña por volver un día después, encontrará algo más por lo que castigarme -respondió Wei Ying encogiéndose de hombros, restandole importancia- así que no importa. Además, no he visto a tu madre en un tiempo, se entristecera si no vengo a saludarla.

Cuando llegaron una mujer se levantó del piso de la entrada y les sonrió, haciendo una reverencia hacia ellos. Una mujer con una cinta de frente, ojos cansados y una larga cabellera negra. Túnicas blancas ondeaban en el viento.  Lan WangJi sonrió al verla y ambos se acercaron a ella, siendo recibidos en un abrazo.

- Me alegra poder verla este mes, Madam Lan.

La mujer se separó de ellos y los invitó a entrar a la cabaña.

- Es bueno verlos a ambos, aunque los días no son tan animados como cuando vienes de visita, A-Ying.

Voz suave, dulce...

Madam Lan solo tenía permitido tener visitas una vez al mes, eso ha sido desde siempre hasta donde sabe Wei WuXian. Muchos lo acreditan a una extraña y grave enfermedad que sufre la mujer, pero muy pocos saben la verdad.

Ella era un pájaro enjaulado, encerrada por amor y víctima de sus propios crímenes. Era a la única, de los padres de Lan WangJi y Lan XiChen, a quien había conocido. Qingheng-Jun estaba en seclusión y nadie tenía permitido verlo.

Sus hijos eran las únicas personas que la visitaban, desde niños aprendieron a hacerlo de esa forma. Cuando Wei WuXian conoció a Lan WangJi y se convirtieron en amantes, Madam Lan le fue presentada en una de las visitas mensuales de Lan WangJi a su madre.

Ambos se sentaron frente a una mesita junto a ella para tomar té. Madam Lan sirvió tres tazas y una línea de vapor no tardó en salir de ellas.

- Haz crecido mucho, A-Zhan. Cada mes te vuelves más alto.

- Y guapo -añadió Wei Ying- el segundo joven maestro más hermoso que se puede encontrar entre todas las sectas.

Lan WangJi la miró y bajó la mirada. La punta de sus orejas estaban rojas.

- ¿Cómo está XiChen? -preguntó ella. Guió su taza hasta sus labios y bebió del té. A pesar de que ella no fuera un miembro del clan, parecía haber aprendido de la gracia y delicadeza con la que ellos andaban. El porte, cada movimiento que hacía era con suma elegancia.

- Shufu lo envió a Caiyi a resolver un asunto. Vendrá cuando termine.

Ella asintió.

- ¿Por qué no me cuentan sobre sus entrenamientos con los dragones? Hace tiempo que no escucho de sus historias. Quisiera saber más del mundo fuera de esta pequeña cabaña.

Wei Ying sonrió y comenzó a contarle a detalle todo lo que se había perdido desde la última vez que se vieron.

◇◇◇◇◇◇◇

Lotus pier, Clan Yunmeng Jiang.

Wei WuXian fue tirado con fuerza al suelo y un gran y gordo dragón estaba sobre él. Podía sentir el caliente aliento de la criatura. Tenía un olor fétido que estaba a punto de provocarle arcadas. Esa clase de dragón son más fáciles de encontrar en los bosques, donde les es más fácil encontrar yaos para cazar; no son buenos volando y normalmente son de una complexión muy ancha. Es la primera vez que Wei Ying veía uno de esos de cerca. Debía medir unos tres o cuatro metros.

Domador de Dragones |WangXian|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora