𝗖𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝘅𝘃𝗶𝗶𝗶

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La respiración agitada, sus pasos apresurados, los latidos de su corazón hacían eco en los oídos de la chica, ella realmente se sentía desesperada por no encontrar al muchacho de ojos azulados

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La respiración agitada, sus pasos apresurados, los latidos de su corazón hacían eco en los oídos de la chica, ella realmente se sentía desesperada por no encontrar al muchacho de ojos azulados.

¡Jim!

Vociferó la muchacha mientras miraba para todos lados esperando tan solo una respuesta pero no había nada, absolutamente ninguna respuesta, solo el crujir de los árboles debido al viento y el ensordecedor silencio nocturno.
Jiao sentía un nudo formarse en su garganta, sus amigos estaban en peligro y ni siquiera tenía la más mínima idea de dónde se encontraban ellos.

¡Jim, Claire! ¿¡En dónde están!?

Volvió a preguntar la pelinegra. Un objeto un tanto pesado no la dejo continuar avanzando, al ver la mochila que le pertenecía a su mejor amiga sus ojos se abrieron con sorpresa, ella dirigió su mirada hacia el sendero que se internaba en el bosque y sin pensarlo por mucho más tiempo ella comenzó a correr dirigiéndose a esa dirección.

Se detuvo y comenzó a mirar para todas direcciones, esperando otra pista que le indicara en dónde podrían estar. La luz de la luna comenzaba a ser más tenue, al observar el cielo se percató de que la luna estaba siendo opacada por densos nubarrones y las pequeñas gotas de agua se hicieron presentes, comenzando a empapar la ropa de Zhōu.

Llena de desesperación cerró sus manos con fuerza, clavando sus uñas en las palmas de estas. Como si de un milagro se tratara una intensa luz cerúlea pasó justo por su lado a una velocidad bastante elevada logrando mover algunos mechones de su cabello.

—Eso...fue...—

Jiao empezó a correr intentando no perder de vista la luz, ella presentía que aquello la llevaría directamente al cazatroles, por cada paso que daba la pelinegra sentía que todo era una toma en cámara lenta, sentía como las gotas de agua helada impactaban su cuerpo, veía el agua caer con lentitud, sentía como le costaba respirar y escuchaba los latidos de su propio corazón. La asiática sabía que no se salvaría para nada de una gripe o de alguna enfermedad respiratoria pero en realidad al menos eso tenía remedio, lo que les podía pasar a sus amigos no lo tenía.

𝗙𝗶𝗿𝗲༉‧₊ᴶᵃᵐᵉˢ ᴸᵃᵏᵉ...𝘱𝘢𝘶𝘴𝘢𝘥𝘢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora