◍ꪳ🐲ཻᬻLa espada del dragón está llamando a Jiao...
Unos rayos color carmín caían cerca de la chica, una extraña espada roja se encontraba al frente y un fuerte sonido el cual parecía un rugido resonaba en sus oídos.
-¿Otra vez ese sueño extraño, Jia...
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La pelinegra comenzaba a aburrirse, solo veía como cierto rubio se comportaba de manera insoportable con James, como era costumbre.
—Oye, aún no me rindo y tu aliento apesta peor que tu pañal—
Musitó el ojiazul, realmente fastidiado. El tiempo pasaba y la cuarta hora de clase había finalizado por lo que el profesor que los acompañaba su puso de pie.
—La cuarta hora terminó, necesito más café. Eli se queda a cargo—
Indicó el hombre mientras se dirigía a la sala de maestros.
—¡Hurra!—
Celebró Pepperjack. La asiática no pudo evitar sonreír un poco, Eli era adorable.
Sin hacerse esperar más, Steve golpeó el brazo de Lake. El muchacho con anteojos se agachó y tomó el hombro de la pelinegra para que ella también evadiera el golpe.
—¡¿Es en serio!?—
Vociferó Jim, ya cansado de las actitudes de Palchuk.
—¡Mi mano no soltó la camioneta!—
Aseguró aquel con una sonrisa burlona, dando comienzo a una nueva pelea.
—Oigan, paren por favor. No quiero tener problemas—
Rogó el pobre Eli, que comenzaba a asustarse. Jiao empezó a perderse de lo que sucedía a su alrededor al escuchar unos gritos a la lejanía y estos pedían auxilio, por lo que buscó con su mirada de dónde provenían.
El aire abandonó los pulmones de Zhōu al ver lo que sucedía. Tobías se sujetaba con fuerza de la punta del asta bandera que se encontraba a varios metros de distancia. La pelinegra dio una mirada fugaz a James que aún estaba enfrascado en su pelea con el rubio.
Jiao apretó los dientes y salió corriendo para ayudar a Tobías que otra vez estaba en aprietos, ganándose miradas extrañadas de los participantes del maratón. Escuchó que le llamaban pero simplemente lo ignoró.
