¿Cómo una maleta vacía puede generar tanto terror? Es sólo plástico revestido con algo de tela de flores rosa. Hace meses que la tenía bajo la cama guardando algo de polvo y nada más, pero al abrirla no encuentro polvo, sino que me encuentro a mí misma corriendo para llegar aquí. Ahora tengo que correr para volver allá. Creo que es demasiado contradictorio y no sé si podré con esto. Estiro la ropa que tengo sobre la cama y sólo encuentro desaprobación y asco. Creo que absolutamente nada es digno para que me vuelvan a ver. De hecho, ¡No quiero ni que vean mi cara! Esta cara deshonrosa frente a mis padres otra vez, ¡No! Es casi la peor pesadilla y un atraso emocional muy fuerte. Con sinceridad no soy capaz de llenar esta maleta, mis miembros se niegan a hacerlo y mis manos sudan.
—Leah, por favor apúrate —agitó Lysandro desde atrás. Lo veo con un traje color negro y corbata en combinación. Arrugo el rostro. Tiene un ostentoso reloj que jamás en mi vida había visto. Yo sólo estoy en pijama, tan al natural que doy asco.
—¿Por qué llevas puesta esa ropa? —pregunto extrañada.
—¿Dónde crees que vamos? A un funeral. No puedo llegar con unos jeans por mero respeto, además que sabes la etiqueta que tienen en esos eventos. Si no te molesta, necesitamos salir en veinte minutos para que el avión no nos deje —respondió muy enseriado. La noticia le había afectado de cierta forma ya que guardaba aprecio a esa persona, pero también había otra razón que no queremos mencionar.
Seguí mirando el vacío de la maleta y estirando más ropa. Negro, negro de funeral, muerte, pestilencia y oscuridad. Sólo hay un vestido totalmente negro y discreto para tal ocasión, uno que jamás había usado. Ya vestida seguí pensando en el vacío. ¡Válgame! ¿Qué? ¿Sólo lanzo ropa random y que el destino me ampare? Soy un desastre. Deberían pararme cuando pase por el detector de metales y prohibirme la entrada ya que notan que no estoy en condiciones de enfrentarme a esto. Ensoñaciones baratas. Froto mi rostro con fuerza.
—Leah —dijo esta vez con más fuerza—. Será esta la última vez que te diga que perderemos el avión. Termina de definir si te llevas la maleta, te vas sin ropa o qué haces.
—Tengo que admitir que estoy severamente perturbada. Mírame —alcé mis manos—. Tiemblo descontroladamente. Esto es muy rápido, no le avisamos a nadie y sólo nos estamos yendo. ¿Qué vas a hacer con las grabaciones? Sabes que te pueden demandar por incumplir el contrato. No sé Lysandro, no sé.
—Te lo dije ya. Es un deber moral. Va por encima de mis obligaciones. No quiero que pienses que te estoy presionando a ir, pero recibiste la misma citación. Realmente tengo el mismo miedo que puedes tener tú de ver a tu madre puesto que fui yo quien robó a su hija. Es así, las muertes no son anunciadas, sino pregúntame ya que tengo una maestría en ello. Ahora —respiró hondo—. Pregunto otra vez. ¿Irás? Seré más brutal. No quiero dejarte aquí sola.
—Estoy trabajando. Me pagan por día. ¿Cuánto podrías ausentarte? ¿Una semana? Puedo con ello. No me agrada que intentes ser controlador. Puedo estar aquí, sola una semana —propuse tomándome las caderas. La expresión del ojiverde se volvió amarga, malhumorada. Diablos, no quiero esta presión en mi pecho.
—Okay, claro que sobrevivirás una semana sola. Sólo te pido que no me llames controlador ya que fuiste tú quien se escondió los abusos de alguien durante precisamente una semana. Y eso conmigo aquí. Me preocupo, es mi verdad. Puedo ser aún más crudo si lo deseas. No, no confío en que te quedes aquí sola y menos con esas cartas llegando cada día —soltó haciendo gestos apretados. Araño mi brazo. He aquí la ruptura que hice por culpa de mis inseguridades—. Perdón, no debí sacar el tema, mas lo creo necesario. Ahora, diez minutos. Vienes conmigo o juro que no podré dormir en una semana.
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Los ojos de Lysandro #CaprichoAwards
RomanceLeah es una joven soñadora de 16 años que desea ser profesora. El único inconveniente es que vive en un pueblo del norte donde el acento los caracteriza y las mujeres se casan jóvenes. Con escasas oportunidades de poder cumplir lo que se desea y una...