Sodapop Curtis

962 46 1
                                    

—¿Siguen reparando ese coche?—Pony, mi mejor amigo, asiente, ambos estamos delante de la puerta del garaje

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



—¿Siguen reparando ese coche?—Pony, mi mejor amigo, asiente, ambos estamos delante de la puerta del garaje.—Voy a entrar.

—Se van a enfadar.—Comenta el castaño al lado mío, me encojo de hombros mientras me levanto del suelo, llevo casi un mes esperando para quedar con el idiota de Soda como para que ahora me deje tirada por un coche.

—¿Realmente me ves preocupada por eso?—El pequeño de los Curtís abre la boca, la cual cierra rápido al ver mi cara, camino con firmeza hacia la puerta.

Llevo a Ponyboy detrás mio, puede decir lo que quiera pero tiene tantas ganas o más que yo de entrar a ver qué pasa ahí dentro, sonrió para mis adentros, siempre acaba siguiéndome aunque eso nos meta en algún lío, tal vez por eso a Darrel no le resultaba totalmente de su agrado.

—Pensaba que se iban a enfadar.—Comento distraída en un intento de provocarle, no me hace falta verle para saber que se está encogiendo de hombros aun así le echo un vistazo para corroborarlo .—¿No era eso lo que te preocupaba?—Me paro justo enfrente de la manecilla de la puerta, mis dedos la rozan y entonces le echo un vistazo al menor que parece inquieto.

—Soda nunca se enfada conmigo.—Me tomo el comentario como una aprobación para seguir con mi idea de sacar a esos dos idiotas de ahí dentro.

Una ola de humo negro nos golpea la cara, es imposible ver nada, solo soy capaz de saber dónde está Pony por la manera en la que tose, casi al igual que yo. Muevo mi brazo izquierdo intentando deshacer esa nube oscura que nos rodea, no funciona, sigue sin verse absolutamente nada.

—¡Soda!—Grito lo más fuerte que puedo, no tardo en escuchar una respuesta, poco a poco podemos ir avanzando a medida que el humo desaparece y la visibilidad es más nítida.

—Estoy aquí, preciosa.—No tardamos mucho en encontrarles apoyados mirando el capo de ese viejo Mustang, resopló inconscientemente, ambos chicos seguirán tras oírme.—Hola, nena.—Se acerca para darme un beso pero retrocedo rápidamente, frunce el ceño mientras yo me cruzo de brazos.

—Ni nena, ni neno, llevo casi una hora y media  esperándote.—Steve se le dibuja una sonrisa divertida en el rostro en cuanto empiezo a regañar a Soda, una mirada basta para que entienda que debe irse, por el rabillo del ojo le veo desaparecer junto a Pony.—Me dijiste que vendrías a buscarme a la escuela y en cambio me ha tocado venir hasta aquí.—Me mira con tanta pena que casi me siento mal por echarle la bronca, ese momento de debilidad dura poco.—¡Te he estado esperando fuera durante media hora!

—Yo, lo siento mucho.—Me agarra por las mejillas con demasiada rapidez como para que consiga esquivarlo, refunfuño en voz baja y eso le hace sonreír, quiero golpearle justo en esa cara tan bonita.—Te pones muy mona cuando te enfadas.—Deja un beso sobre mi frente, me quejo para que vea que sigo molesta aunque realmente me ha encantado pero debe ver que esta situación en serio me molesta.—Voy a cambiarme y nos vamos a cenar a esa hamburgueseria que tanto que gusta ¿te parece bien?

Su tono es tan dulce que por una décima de segundo noto a mi corazón pararse y de un momento a otro el enfado ha desaparecido, me siento débil pero soy totalmente incapaz de estar mucho tiempo sin mostrarle afecto. Asiento en respuesta, intentado no parecer demasiado entusiasmada con la idea.

—Date prisa, no puedo llegar tarde a casa.—Le informó tajante, por desgracia mi sonrisa me delata, desaparece de mi vista sin decir nada más sin embargo me regala un pequeño y rápido beso.

Me siento nerviosa, hoy va ser un día diferente y esta cena habitual entre nosotros lo puede cambiar todo, me pierdo en mis pensamientos hasta escuchar un par de paso acercarse a la vez que avanzo.

—¿Os vais?—Preguntan Steve y Pony casi al unísono cuando me ven llegar, asiento tranquilamente y no tardo en escuchar sus quejas sobretodo las de Randle, con el que solía tener discusiones por ver quien tenía que pasar más tiempo con Soda.

Y para no variar empezamos a levantar el tono hasta terminar enfadándonos, nuestras peleas suelen tener fácil arreglo, todo gracias a los Curtís que suelen hacer de mediadores entre nosotros.

—Deja de molestar a mi novia.—Me sobresaltó al sentir los brazos de Soda sobre mis hombros a la vez que habla, su tono es burlo y Steve refunfuña por lo bajo antes de entrar de nuevo al taller.—Hasta luego, Pony.

Me despido con la mano antes de que empecemos a tomar nuestra dirección, suspiro pensando en el largo trayecto que tenemos por delante, la hamburgueseria queda bastante retirada.

—Ahora me arrepiento de nunca dejar que arregles ese estupido coche.—Mi comentario le hace reír, me aprieta un poco más contra él, la mezcla de su calor corporal y su aroma me incita a relajarme.—Te verías genial conduciéndolo y yendo a buscarme a clase.—Hago una mini pausa, casi vacilando antes de atreverme a decir algo.—Echo de menos verte por el instituto.—Noto como se tensa a mi lado, nunca hablamos sobre que haya dejado los estudios, al fin de cuentas es su vida pero es algo que marca una diferencia abismal entre nosotros.

Por unos segundos mi mente se invade con la palabra que más me asusta: universidad.

—Iré a buscarte a clase, lo prometo.—Poco a poco se relaja y a su vez mi mente se despeja, le miro de reojo, tiene la vista fija en el horizonte, me permito apreciar cada pequeño detalle de su rostro, sí, es un chico de película.

—Deberías ser modelo.—Comentó casi sin pensarlo, de un momento a otro sus ojos están puesto en mi, me pongo un poco nerviosa y termino por apartar la vista.—O actor, todas las chicas morirían por ti.

—Sería una pena.—Tiene una sonrisa coqueta, me preparo mentalmente para cualquier comentario vergonzoso que pueda hacer respecto a mi.— Porque yo solo muero por ti.—Besa suavemente mi sien, no digo nada pero posiblemente mi sonrojo sea una respuesta lo suficientemente buena porque se echa a reír.

Todas nuestras conversaciones son tan relajante, me gustaría disfrutar de estas cosas toda la vida pero puede que después de esta cena eso se termine, cuanto más nos acercamos al restaurante mi pulso se acelera más, casi asfixiándome.

—Soda.—Le llamo con suavidad, una vez que estamos sentados y hemos hecho nuestros pedidos, mi mira con interés, sonrío con nerviosismos, algo que parece notar perfectamente pues me da la mano. Vaciló un poco temiendo cuál pueda ser su reacción pero gracias a su pequeño gesto acepto la realidad.—Voy a ir a la universidad, fuera de Oklahoma.—Ambos nos quedamos en silencio, cosa que empieza a incomodarme causando que desvíe la mira a otras mesas, trago saliva con fuerza

—Aquí te estaré esperando, todos los días y toda la vida si hace falta.—Su voz atrae mi vista de nuevo a él, curiosamente no me mira pero esta sonriendo, me relajo un poco.—Nos escribiremos, iré a verte, podemos llamarnos de vez en cuando y luego nos vuelvas nos casaremos.—Poco a poco su vista se clava en mi, no consigo reaccionar, ni el más mínimo sonido sale de mi boca aún así se acerca lentamente a mi hasta juntar nuestros labios en un beso.

—Te quiero.

—Te amo, Soda.

The Outsiders || One Shoots  ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora