Capitulo 3: el milagro de las palabras

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Ciertas noches de grandes silencios nos hace querer gritar. Gritar lo que se siente, para deshacerse del dolor; de aquel que sientes en los huesos en busca de cualquier hueco de tu cuerpo para salir.

Las promesas de cuando uno es joven he inocente sin mucho más fuerte que cualquier pensamiento, de eso podemos estar seguro.

No hay heridas visibles, las penas no estaban ahogadas en alcohol con pocas escapatorias para eliminar el dolor solo queda limitadas opciones a elegir. Y las palabras son parte de ellas.

Y ellas son las mejores formas de comunicarse pues de manera humilde las mejores opiniones siempre salen de voces inocente. Podían estar cargadas con sentimientos amargos o felices que podían hacerte sentir lejos del vacío emocional; como a ella le había ocurrido cada vez que las leía.

De las heridas nacen la creatividad, la historia tiene grandes ejemplos como la generación del 27 en plena crisis florecen para traer el color faltante en un mundo de grises. ¡Cuantos amantes de la Luna y las estrellas! Bailando bajo la tormenta al son de una música que pocos escuchan y con una melodía tan diferente para todos quienes se tomaron el tiempo de escuchar la balada. 

Cual maldición debía ser aquella que te hace crear en las noches hasta agotarse y caer rendidos en el catre. Acostumbrados a la agonía de una mente creativa sin notar aquella maldición que te embelesa y atrapa lo suficientemente fuerte para nunca escapar del control de la mente.

Y si de milagro te diste cuenta he intentaste tomar el control ya es demasiado tarde para pensar en ello. 

Déjate llevar y se la marioneta permítete expresarte de la misma manera con la que miras, mi bello observador, nunca debes preocuparte realmente cuando te hace feliz. 

Mantente en la bella ignorancia.

Sigue mi consejo y permítete el deseo egoísta de ser feliz una vez.

Rota tras la sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora