Enamorado de un Asesino

◆Capítulo 2◆

Omnisciente:

Faltaba un día para ir al divertido Parque de Diversiones como acordaron.

Nos encontramos en la casa de Uraraka, quien caminaba de un lado a otro nerviosa por lo que su mejor le había contado hace nada.

Mina estaba sentada en la cama de su amiga mirándola con una media sonrisa.

Mina:
- Vamos Uraraka, ¡Ésta es tu oportunidad de declararte a Midoriya! -alzó sus brazos emocionada-

Uraraka:
- No lo sé... No, no es lo mejor... ¿Y si me rechaza? -preguntó ya histérica-

Mina:
- No lo creo, llevan saliendo desde hace tiempo, yo creo que te aceptará -se levantaba así sujetar de los hombros a la ojimarrón- Yo suelo ver que él te mira de otra forma... Creo que tú también le gustas, amiga.

Uraraka:
- ¿Tu crees? -Sonrió feliz, luego se dió cuenta de lo que dijo y sacudió sacudió cabeza con un sonrojo- No no no... No me atrevo, ¡no estoy lista Ashido!

Un suspiro pesado se escapó de la peli-rosada mientras negaba, tardaría un poco (bastante) en convencer a su amiga, pero de todos modos ya tenía un plan que involucraba a ciertos chicos también.

No dejaría pasar esta oportunidad, varias veces intento hacer que se confesara a Izuku, pero siempre terminaban resignandose y arruinando casi todas las citas que tenían.

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En el departamento del peli-verde, se encontraban cierta pareja melosa, Kirishima y Kaminari quienes ayudarían a Izuku a poder declararse a quien gusta. Ellos ya sabían de quien se trataba.

Izuku:
- No creo que sea buena idea... No creo que me acepte en lo absoluto -comentó acomodándose en su silla-

Kirishima:
- Midobro, siempre eres confiado en las cosas que te planteas cada día... ¿Por qué ahora no? -arqueó una ceja viéndolo-

Kaminari:
- Estoy de acuerdo con Kiri, además, yo digo que si aceptará porque... -se levantó así sujetarlo de ambos hombros desde la espalda- ¿Quién no amaría a este rollito de canela?

Izuku:
- Kaminari... -un sonrojo se adueñó de aquellas mejillas pecosas- Lo siento, no puedo..

Ambos chicos se miraron un poco decepcionados ante la respuesta del pecoso, decidieron dejarlo así, pues no querian presionarlo tanto y que termine llorando por los nervios.

Hablaron de otra cosa, sin darse cuenta que... Detrás de la puerta de la entrada al departamento de Midoriya, había alguien escuchando y a pasos pesados se fue de allí con una fría mirada.

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Llegó el día de ir por fin al Parque de Diversiones como habian acordado, emocionados iban en grupo, entre risas y unas que otras quejas de parte de cierto peli-cenizo.