Enamorado de un Asesino

◆Capítulo 3◆

Omnisciente:

Tras la salida que tuvieron los chicos, con mucho esfuerzo lograron que Uraraka e Izuku terminen siendo pareja.

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Al día siguiente, Kirishima se dirigía a su punto de encuentro que había quedado con Bakugo, pues la noticia que tenía que darle era de lo más emocionante.

A lo lejos divisó aquella cabellera ceniza, apresuró apresuró pasó hasta llegar.

Kirishima:
- Hey Bakubro, ¿como estas? -con su típica sonrisa-

Bakugo:
- Para que me pediste venir. -con su típico ceño fruncido-

Kirishima:
- Primero demos una caminata, luego te digo la noticia que tengo -sonriendo, rodeó los hombros del chico-

Bakugo:
- Me estas jodiendo... Me voy.  -apartó el brazo del pelirrojo y se levantaba de la banca-

Kirishima:
- ¡Es sobre Midoriya! La noticia es de él -casi en un grito, captando la atención del peli-cenizo-

Bakugo:
- Que con ese Nerd. Ni me importa. -pero por dentro si le importaba, quería saber cual era aquella noticia-

Kirishima:
- Bien solo te diré, Él....

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Izuku y Uraraka, daban un romántico paseo por el parque bajo la suave brisa fresca que les otorgaba el agradable día. Tomados de la mano y hablando de muchas cosas, sobre todo chisteando y algún que otro coqueteo.

Fueron a una heladería, al entrar pidieron un helado en copa, tras pedir fueron a sentarse juntos volviendo a hablar ya sea sobre sus padres, como les fue en el día y también de como se habian divertido en aquel Parque de Diversiones.

Su pedido había llegado y fue puesto en medio de ambos, ambos a pesar de estar pasando bien su día, se notaban nerviosos pues eran nuevos en esto del romanticismo.

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La noche cayó, las estrellas brillando y adornando aquel manto de oscuridad, la brisa era cada vez más fría. Izuku pudo notar que su pareja tenía frío así que optó en quitarse la chaqueta y ponérsela a ella.

Uraraka sonrió con un ligero sonrojo en sus mejillas, adoraba estar a lado del peli-verde, parecía como en esas películas románticas, donde a tu alrededor no importa... Solo ellos dos, caminando con dirección a sus casas.

Uraraka:
- Muchas gracias por traerme, Izuku  -sonrió con dulzura-

Izuku:
- No hay de que, no quiero que nada te suceda en el camino -tomo ambas manos de la chica- Nos vemos mañana, Uraraka

Un tierno y corto beso se dieron ambos, soltó sus manos y fue en dirección a su casa una vez que la peli-castaña había entrado a su casa.

En su andar, empezó a sentirse nervioso, sentía que lo seguían..  que lo vigilaban, miraba a todos lado de forma disimulada incluyendo detrás suyo.. Pero nada, creía estar paranoico.

Una vez llegó a su departamento, entró saludando a su querida madre con un abrazo y preguntas sobre cómo le fue en su cita. Cosa que sonrojó al oji-esmeralda jugando con sus dedos con algo de pena.

Entre las sombras desapareció cierto chico que estaba siguiendo a Izuku.

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Así fueron pasando, cada minuto, cada hora, cada día... Se sentía vigilado hasta en su propia casa. Se lo confesó a Uraraka, quien preocupada optó por llamar a la policía pero Izuku se negó. Se excusó con que de seguro andaba paranoico. La de cabellera castaña no muy segura, asintió, su momento fue interrumpido por un mensaje desde el celular de Ochako.

Uraraka:
- Es Kaminari, pregunta si queremos ir a un camping el otro fin de semana -miraba a su pareja-

Izuku:
- Eeh... No lo sé.. -se notaba nervioso ya que jugaba con sus dedos-

Uraraka:
- Ya lo acepté, de esta forma puedes distraerte y no pensar en ello... ¿De acuerdo? -preguntó tomando las manos de Midoriya- No me gusta verte de esta forma...

Izuku:
- Esta bien, tienes razón -sonrió con amor-

Pasaron tiempo juntos, Uraraka esta vez no se despegaba de Midoriya, por miedo a que se sienta vigilado de nuevo. Lo ayudó a distraerse y a divertirse de muchos modos.

Hasta que llegó el día del Camping, Kirishima, Kaminari, Bakugo, Uraraka e Izuku irían. Los demás no podían pues querían pasar más tiempo juntos, asi así que seria en otro momento.

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Llegaron al lugar, estaban frente a un hermoso lago de aguas cristalinas, un frondoso bosque detrás de ellos. Animados empezaron a armar sus carpas y luego a acomodar sus sacos de dormir dentro, todos riendo... Pero...

Quien diría que sería el Inicio de un magnífico día y... El Inicio de una cruel desgracia...