Camino por niebla esparcida en algunas partes del suelo, el cielo es oscuro y con una gran capa de agua en forma de techo.
Me encuentro sin saber a que dirección ir.
La sensación me es familiar, hasta que recuerdo porque. Me desmaye por falta de energía, «¿por que no fui mas precavida? es que lo debí de suponer, debí suponer que mi energía no seria suficiente, corrí usando mi visión, cuando forcejeaba con el puma y use la fuerza bruta, además de regenerarme seria razón suficiente para quedarme con poca energía y no ser suficiente para mi cuerpo en constante movimiento»
Me detengo al escuchar como poco a poco se van volviendo grandes mis pensamientos mostrándose en el espacio, son un mar revuelto de imágenes, la sensación de aturdimiento hace que detenga cualquier sentimiento y recuerde que estoy en mi propia consciencia y que cada cosa que me diga o reproche se reproducirá a gran velocidad en este lugar.
Miro hacia arriba un poco aturdida en tanto trato de despejar o de relajar las tensiones acumuladas.
Sonrío de medio lado, recordando lo majestuoso y cálido que es, al sentir lo conectada que estoy con nuestra creadora.
Creo que es lo mas maravilloso que a creado nuestra Diosa suprema, en nuestra mente y cuerpo, es increíble, hermoso y un tanto intimidante.
Los Umellens a diferencia de los humanos, fuimos creados por una Diosa, la Diosa suprema. Ningún Umens ni con todos los poderes con los que fuimos bendecidos por la Diosa, jamás la hemos visto a excepción de los primeros Umellens que ahora hacen parte de la historia, sabemos de ella por los escritos, pergaminos y los grandes mensajes del agua, pero al llegar a la tierra descubrí el gran parentesco entre ambos planetas y ambas historias. Porque así como nosotros los Umens somos bendecidos con nuestra Diosa, los humanos lo son con su Dios aunque hayan algunos que se pierden de esa bendición.
Los recuerdos poco a poco se ralentizan y flotan de manera que yo pueda ver mas de cerca los recientes recuerdos, me detuve justo cerca de uno de mis mas grandes recuerdos, el momento en el que decidí emprender mi viaje a la tierra, recuerdo que pensaba en la posibilidad de conocer un mundo diferente por primera vez.
Razoné, pensé en los pros y los contras hasta que me harté y lo hice.
Una vez que cumplimos entre los 20 y 29 años de edad, todos y cada uno de los jóvenes de las diferentes Razas Umens, viajan a otros planetas lejos del nuestro, para como dicen aquí en la tierra: culturizarnos.
Se realiza el proceso para decidir que Umens congenia con cierto planeta para que pueda adaptarse a este, el proceso en ese momento me pareció un poco extenso «bueno así lo sentí, quizás porque estaba muy nerviosa», yo tuve opciones para escoger cual planeta deseaba visitar, gracias a las influencias de mi padre y su rango como centurión. Mis tres opciones fueron el planeta Craciano, Júpiter y por supuesto la tierra.
Las pruebas nos dividieron a todos por categorías en grupos como:
El grupo 01: se encuentran los Umellens sin experiencia en combate o situaciones que sobre pasan sus experiencias, es decir los menos aventureros, fueron enviados a los planetas sin habitantes o vida.
Les siguen el grupo 02: donde están los Umellens con mayor capacidad que el anterior, para sobrevivir a los planetas con habitantes, estos fueron a los planeta menos peligrosos.
Y por último El grupo 03: estos Umellens son habilidosos por no decir depredadores especializados en el arte del combate, estos últimos fueron enviados a los planetas con el mayor porcentaje en riesgo y peligro y por alguna corazonada esa fue mi elección.
Yo elegí la tierra, conocida por ser el planeta más toxico en energía a comparación con el nuestro, este poseía dos fuentes de energía, la energía de luz y la energía de oscuridad, que a diferencia de mi planeta poseía una sola fuente.
La fuente a pesar de ser una sola, contenía todo tipo de energía para cada raza Umens de nuestro planeta.
El día en que llego la carta de admisión, estaba muy entusiasmada y corrí por todo el jardín hasta llegar a mis padres que estaban sentados alrededor de una pequeña mesa de campo.
-Al fin llegó, llegó la carta de admisión -celebré en frente de ambos- que alguien la lea por mí -exclame de felicidad. se la extendí a ambos, pero luego me arrepentí- no, olvidenlo yo lo hago -les dije un poco desesperada.
-Calma, calma, pequeño centurión -contesto mi padre Axel, que ni con el pasar del tiempo dejaba de tratarme como su pequeña.
-Deja la cariño, o es que no te acuerdas de la algarabía que creaste cuando fue tu turno -le dijo mi madre, frunciendo los labios tras posar sus manos en las de él y como poco a poco estas se van iluminando.
Él la mira enseguida a los ojos y le sonríe.
-Me acuerdo perfectamente cariño -le responde alegre al mismo tiempo en que leda una pequeña muestra de afecto en el pómulo.
Astraela se caracterizaba por su belleza y amabilidad además de ser la amorosa consorte y señora unida a mi progenitor Axel, este en cambio se caracterizaba por su temperamento forjado como centurión, un gran líder y estratega de las fuerzas de Umolland.
Les di privacidad, dándome media vuelta en una posición de vigilancia con los brazos atrás de la espalda ya que me incomodaba por razones desconocidas ver tales actos, siempre que ellos hacían ese tipo de cosas yo les daba su espacio quizás porque sentía que en esos momentos eran solo de ellos y no quería arruinarlo.
Pero justo en ese momento la situación lo ameritaba y con gran urgencia.
-¡Listo ya es tiempo...! por favor dejen de hacer lo que hacen y vengan aquí -les dije- o lo abriré yo sola.
El recuerdo se aleja poco a poco.
Él se levanto de su puesto junto con mi madre, ésta sonríe al ver me feliz, ambos se posicionaron a mis costados en tanto yo extendía poco a poco mi carta de admisión, en el papel no se encontraba nada escrito hasta que activamos nuestra energía.
Sonrió feliz...
Y el recuerdo desaparece para ser sustituido por otro, pero estoy tan triste que abandono los siguientes recuerdos.
Me distancio un poco en tanto mis recuerdos flotan en el mar de mi mente.
Siento como mi cuerpo es suspendido de la tierra en el momento justo en que unos brazos me rodean mientras yo sigo parada en mi consciencia, quiero ver quien es abrir los ojos y apartarme del extraño, los pensamientos se amontonan uno tras otro, mis inseguridades y miedos surgen como lava listos para atacarme, hasta que un recuerdo se ilumina y se roba toda mi atención, este es nuevo pero corto y es justo cuando el Umens me salva del puma, es hay donde me doy cuenta cuanto tiempo lo observe y me quede en sus ojos, esos que parecían tormentas.
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La Cazadora ©
Fantasy¿Quién soy? Bueno es complicado de contar más si eres un humano, ¿por qué lo eres, verdad? no importa si no lo eres. La cuestión es que desearas saber todo de mí, así que me presento gran terrestre. Soy Aster, del planeta Umellens, Vine a la tier...