†Capítulo 04†

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 Despierto desorientada mientras mi conciencia se adapta al entorno, descubro que estoy tumbada boca arriba y con la energía cien por ciento renovada, me levanto poco a poco del suelo hasta sentarme, lo primero qué veo tras parpadear varias veces ...

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Despierto desorientada mientras mi conciencia se adapta al entorno, descubro que estoy tumbada boca arriba y con la energía cien por ciento renovada, me levanto poco a poco del suelo hasta sentarme, lo primero qué veo tras parpadear varias veces por mi escasa visión gracias al tiempo que tarde en regenerarme, es oscuridad.

Me toco la cabeza y suelto un quejido, miró el lugar con más detenimiento y descubro qué ya no estoy rodeada de arboles, sino, en una especie de cueva, dónde se escuchan uno que otro ruido proveniente de pequeños animales o eso espero.

Algo amargo se instala en mí, es la soledad y el abandono, cruzarme con ese Umellens logró hacer que los recuerdos y sensaciones de nuestro planeta volvieran alimentar mi memoria y ahora sólo tengo el gran peso sobre mis hombros de regresar a salvo a Umellens y cobrar mi venganza.

Una parte de mí, sabe que no está bien una pequeña parte piensa que no lograré nada con vengarlos y mi razón se codea al saber que no obtendré nada de lo que espero, pero eso lo arreglaré después.

No sé cómo llegué aquí o quién me trajo, así qué me levanto y activo un poco mi energía interior, para obtener una mejor visión del lugar, está vez quiero ser precavida y usar solo mi visión y me enfocó solo en encontrar la salida.

Encuentro a mi mochila en una esquina cerca de unas rocas, se encuentra llena de polvo, así que le doy unas sacudidas y me la subo al hombro. Emprendo de nuevo el camino de salida hacía la izquierda, mi instinto me lleva por ese lugar, logro ver con cada paso que doy la luz de la luna se adentra por algunos orificios en el techo de la cueva y mientras más camino en esa dirección más luz encuentro.

Me siento un poco esperanzada al encontrar la salida gracias a la luz de la luna, que se deslumbra en el suelo de la cueva, aprieto el pasó con la urgencia de salir de los espacios cerrados y más si son oscuros, pero hice casó omiso a mis alertas, que se vieron opacadas por las inmensas ganas que tenía de alejarme de la cueva, no pude evitar chocar con algo que venía a toda prisa.

Casi caigo en el proceso si no es por su increíble agilidad y su fuerza al estrecharme entre sus brazos, tal acto nos deja cerca uno del otro.

Su pecho sube y baja.

Molesta le pregunto:

-¡Pero que sucede contigo...! -exclamo exasperada.

-¡Shhhhh, hay humanos! -me calla molesto, tras cubrir con sus manos mí boca, a la vez que camina conmigo de espaldas hasta adentrarnos a la cueva y quedarnos vigilando la entrada, se pega a mí mientras mira hacia fuera en algún punto.

Al respirar, todo su olor llena mis pulmones de una sensación extraña, yo jamás había respirado tal esencia, es sin duda fuerte, embriagante y completamente él.

«Que suerte que no puede escuchar, ni leer mi mente, porque de lo contrario yo estaría muy avergonzada»

Escuchamos ruidos y ambos nos tensamos de inmediato cada vez se aproximan más y más. Él Umens fija sus ojos en mí ¿tendré algo en la cara?, pero sólo se alarma y lo primero que pienso es que nos descubrieron.

La Cazadora ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora