Ha pasado alrededor de una semana desde los sucesos antes vistos, como casi siempre solía ocurrir. Un hermoso día comenzaba a ser visto por todo el lugar, reemplazando toda frialdad y aura solitaria que desprendía la noche en todo momento. Cambiando aquel cielo negro por aquel alegre y colorido cierto azul, en dónde varios rayos de luz no tardaron en bañar todo a su paso. Observando justo ahora una casa bastante silenciosa y tranquila de momento, pues en cierta habitación de aquel hogar.
Se encontraban los cuatro miembros de la familia Kitamura, en dónde como siempre solía ocurrir. El héroe de la lanza se encontraba sumamente dormido en su cama, mientras que sus dos hijos se encontraban junto a el. Con su pequeña hija aiko durmiendo directamente en su pecho, mientras que su hijo mayor yori se encontraba durmiendo encima de sus pies. Aunque lo que más solía resaltar de toda aquella escena, era la persona que se encontraba a su lado.
La cuál se trataba de nada más y nada menos que la reina filolial, quien no hacía más que dormir plácidamente en la almohada de al lado. Encontrándose en una posición sumamente curiosa, pues una de sus piernas se encontraba justo encima de la cintura del mayor. Apoyándola mientras su brazo tomaba de forma firme su almohada, demostrando como aquella mala forma de dormir que tenían los niños. Le había sido completamente heredado por parte de la rubia, algo que honestamente ella no notaba del todo.
"Ha..." (Motoyasu)
Soltando un fuerte bostezo, el portador de la lanza no tardó en abrir sus ojos. Estirándose levemente antes de lanzar su vista, notando como su hija se encontraba durmiendo encima de el como ya estaba acostumbrado de ver. Pero que aún así pese a todo ello, siempre solía sacarle una gran sonrisa de felicidad.
Por lo que no hizo nada más que extender su mano hacia la pequeña filolial, acariciando suavemente su cabeza mientras la llamaba con suma suave voz para despertar a la antes mencionada. Quien se mostró algo molesta debido a aquello, pero que luego se fue calmando hasta finalmente abrir sus ojos por completo.
"Vamos mi pequeña flor de primavera, es hora de que despiertes" (Motoyasu)
"Hmm... ¿Ya es hora de comer...?" (Aiko)
"Je, no, aún no. Pero no falta mucho para ello, solo necesito que tú hermano y tú hermosa madre se despierten" (Motoyasu)
"Okay, voy a despertar a onii-chan..." (Aiko)
Habiendo dicho aquellas palabras, aiko no hizo más que levantarse del pecho de su padre. Bajando de la cama para dar algunos pasos hacia el frente, terminando con ella al final de la cama y al lado de las piernas del héroe. Justo donde yori se encontraba durmiendo de forma tranquila, sentimiento que se vio interrumpido. Al momento en que la más pequeña de la familia, comenzó a picar suavemente su mejilla con la intención de despertarlo
"Onii-chan despierta, onii-chan" (Aiko)
"¿Eh...? ¿Que sucede...?" (Yori)
"Papá dice que hay que despertarnos ya, que en unos minutos hará el desayuno" (Aiko)
"¿Enserio...? Bueno, vamos a esperar de una vez en la mesa" (Yori)
Habiendo aclarado finalmente su visión, el rubio no tardó en levantarse de las piernas de su padre. Dando un leve movimiento para levantarse de la cama, dónde no hizo más que estirarse repetidas veces. Justo antes de finalmente ir con su hermana menor hacia el área de la cocina, dejando tanto al héroe como a la reina filolial solos en la habitación.
Lo cual al ser notado por el mayor, no hizo nada más que girar su cabeza para ver a la menor. Observando una vista que sin duda alguna pese a ser simple, sería lo suficiente como para alegrar por completo su día entero. Mostrando una radiante sonrisa de alegría, antes de comenzar a despertar a la rubia.
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Nuestros mejores problemas
FanfictionUn fanfic de tate no yuusha no nariagari. Un voto o un comentario me ayudan mucho :D