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❍     ݁ chapter twenty five   ☆    ۪    𓈀

SARAH TOCÓ DESESPERADAMENTE la puerta de aquella casa

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SARAH TOCÓ DESESPERADAMENTE la puerta de aquella casa.

—Vete, Elijah —escucharon que dijo Solomon, el cual unos segundos después de que insistieran con los golpes, abrió la puerta—. Elijah, ¡basta!

—Por favor, ¡ayúdanos! —suplicó Sarah y ambas entraron a la casa sin dejarlo decir nada.

—¿Sarah? ¿Nancy? —preguntó con notable confusión Solomon, mientras la castaña cerraba de golpe la puerta.

—Somos inocentes, idiota —le dijo Nancy algo más aliviada, llevando una mano a su pecho para recuperar el aliento.

—Lo sé...

—Lizzie y yo. Hannah y Sarah. ¡No fue ninguna de nosotras!

—Están sangrando —les dijo Solomon intentando tocar el rostro de la morena.

—Escúchannos —lo interrumpió Sarah dándole un manotazo—. Volvimos al bosque, a la casa de la Viuda.

—¡Chicas!

—¡Está muerta, Solomon! ¡Alguien la mató! Y allí había... un libro... con... instrucciones, con un conjuro.

—¿Un conjuro? ¿Para qué? —preguntó Solomon confundido.

—Sí. Creemos que... Creemos que alguien hizo un pacto con el diablo —intentó explicar Sarah gesticulando con las manos—. Le entregó el pueblo.

—¿El pueblo?

—Sí, quizás a cambio de poder —asintió Nancy rascando su frente con un deje de frustración—. Oye, te juro... que nosotras no hicimos eso.

—Chicas... —el hombre suspiró, procesando sus palabras—. Les creo —dijo, relamiendo sus labios—. ¿Quién más lo sabe?

—Nadie —respondió la morena, con la respiración un poco más calmada.

—¡Solomon! —se escucharon los gritos de los demás del pueblo acercándose a la casa.

—¡Rápido! ¡Escóndanse!

Sarah y Nancy se escondieron en el baño y cerraron la puerta. Se apoyaron en esta y se deslizaron hasta el suelo, asustadas y angustiadas.

—¡Salgan, Sarah y Nancy! —se podían escuchar los gritos de Jacob y Caleb desde afuera.

Pudieron ver a alguien pasar por afuera del baño con una antorcha, lo que las hizo apartar la mirada. Y Sarah la vio. Una puerta que llevaba a quién sabe dónde.

Ambas compartieron una mirada. Nancy se atrevió a abrir la puerta y, para cuando alguien se acercó por la ventana del baño a revisar, ninguna de las dos estaba ahí.

𝙎𝙏𝙄𝙇𝙇 𝘼𝙇𝙄𝙑𝙀  ;  kate schmidt ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora