Min Yoongi y Park Jimin son dos personas completamente distintas, uno con mucho dinero mientras que el otro no tanto, pero vive estable, uno con muchos problemas en las calles, otro un poco inocente y con amor por las fiestas, pero había algo que te...
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—Joven Jimin, ¿Puedo ayudarlo en algo? —La mujer preguntó.
—Mi madre me mando a llamar, debe estar esperándome —Dijo.
—La licenciada Park en este momento se encuentra en una reunión, pero puede esperar con todo el gusto —La secretaria habló.
—¿Qué hay de mi padre? —Preguntó.
—Pidió no ser molestado ya que tiene cita con unos clientes —Explicó.
Jimin no tuvo de otra que esperar a que alguno de sus padres se desocupara y pudieran atenderlo, no sabía bien por qué estaban esperando que saliera de la universidad y fuera a verlos, la secretaria le ofreció un té mientras los esperaba, la mujer era joven y bonita, también bastante eficiente en su trabajo ya que servía en la firma como secretaria general de sus padres, un rato después su madre pasó por el pasillo donde estaba Jimin esperándola, ésta lo saludó y ambos entraron a la oficina de la señora Park.
—¿Cómo te fue en clases? —Preguntó.
—Bastante bien como siempre, madre —Contestó.
—Tú maestro me habló y dijo que tenías en estos días una muestra —Dijo.
—No es una muestra madre, es solo un trabajo en equipo que se nos propuso con la carrera de producción —Contó.
—¿Qué tal el trabajo con esos compañeros? ¿Son responsables? —Preguntó.
—Todo está muy bien madre, son bastante dedicados al trabajo como yo, ¿Eso era todo? —Su madre lo miró.
—Tu terapeuta llamó, por suerte la que contestó la llamada fui y yo no tu padre —Jimin se tensó. —¿Por qué no le hablas sobre lo enfermo que estas por culpa de ese muchacho que te arruinó? —Preguntó. Jimin no contestó —Hijo, te estoy haciendo una pregunta —Habló.
—Tengo derecho a mi privacidad —Su madre le pegó a su escritorio poniéndose de pie.
—¡Park Jimin! No juegues conmigo, soy tu madre—Dijo.
—Abuso de poder, madre —Respondió.
—¿Qué te hicieron, hijo? —Preguntó con desilusión. —Dios envía la carne y el diablo envía a sus cocineros —Su madre dijo particularmente una de sus frases favoritas.
—Thomas Deloney —La mujer miró a Jimin. —Y se me muchas más —Dijo.
—¿No entiendes que vas con la terapeuta por tu bien? —Preguntó.
—¿Mi bien o el de ustedes? —Preguntó de vuelta. —El ser gay no es estar enfermo, madre —Dijo
—¡No lo repitas! Jiminnie, lo hacemos por tu bien —Habló.
—Madre, tú lo conociste, incluso te agradó —Recordó.
—Me agradó como tu amigo, luego hizo eso, Jiminnie y no sé qué hubiera sido de mí, de tu padre o tus hermanos si por eso te quitabas la vida, así como él lo hizo —Jimin recordó aquello. —Eres mi niño pequeño, aunque ya seas un adulto, solo quiero cuidarte y si tu padre dice que es una enfermedad eso, entonces la terapia es la mejor opción —Su madre se puso de cuclillas frente a él.
