Min Yoongi y Park Jimin son dos personas completamente distintas, uno con mucho dinero mientras que el otro no tanto, pero vive estable, uno con muchos problemas en las calles, otro un poco inocente y con amor por las fiestas, pero había algo que te...
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Yoongi llegó a tiempo al parque en el que había quedado de reunirse con Jimin, enseguida lo vio bajar de un auto caminando hacia él, se veía tan tranquilo y con una sonrisa, tena un tapabocas en la barbilla y una gorra.
—¡Hyung! Llegué a tiempo hoy —Jimin habló.
—Por primera vez llegas a tiempo —Dijo.
—Hyung, no digas esas cosas, vamos, hay un lugar al que quiero que vayamos —Habló.
—Te ves bastante animado, ¿Vas a conducir? —Preguntó.
—Sí, pero manejo muy bien, confíe en mi —Dijo.
Ambos entraron al auto, Yoongi miró a Jimin ponerse el cinturón de seguridad, estaba bastante feliz y se preguntaba que lo tenía tan feliz en esos momentos, Jimin lo miró sonriente, el mayor se inclinó hasta él para darle un beso en los labios.
—Hyung, ¿Por qué fue eso? —Preguntó con una risa boba.
—No lo sé, simplemente me dieron ganas de darte un beso, ¿Está mal? —Preguntó.
—No, los vidrios son polarizados, solo que me tomó por sorpresa que tomara la iniciativa para esto —Dijo.
—Solo piensa que es un extra —Respondió colocándose el cinturón de seguridad.
—Hyung, lleva esto, lo vas a necesitar —Jimin sacó un tapabocas negro ofreciéndoselo a Yoongi.
Este se lo recibió y esperó no morirse mientras Jimin conducía, este era un poco loco al volante, pero al mismo tiempo no lo hacía tan mal, habían salido del centro de Seoul, Jimin no le decía a donde iban, solo dijo que era un lugar un poco lejos y podrían comer tranquilos o tomarse la mano sin ser vistos, Yoongi se preguntaba en verdad a donde irían, había conectado su teléfono al Bluetooh del carro para poner un poco de música, esto animó aún más a Jimin para cantar mientras conducía, Yoongi lo miró y en verdad se veía bastante feliz, Jimin estacionó y Yoongi lo miró.
—¿Qué hacemos en un lugar así? —Preguntó.
—Es nuestra cita, simplemente estaba aburrido hoy, así que quise comer algo y cuando fui a la cocina vi fresas, pero se veían terribles, así que pensé en ti y pensé que querrías venir conmigo a buscar fresas, podemos comernos todas las que queremos y pagar las que queramos llevar —Dijo. —¿Le desagrada la idea? —Preguntó.
—No, solo me tomaste por sorpresa, te ves muy alegre y eso me gusta —Dijo.
—Hoy... Fue un día complicado, pero tuve mi sesión con mi nueva terapeuta y me dijo algunas cosas que debo aceptar para bien —Contó.
—Me alegra saber que todo está bien para ti, vamos a buscar fresas —Dijo.
Habían entrado al invernadero de cosecha de fresas, la verdad es que era un lugar lo bastante grande, no había casi gente tampoco en el lugar y se sentía todo fresco, a ambos los recibieron y dieron algunas indicaciones sobre el cuidado que debían tener, sobre las áreas prohibidas de las cuales Jimin se rió, luego de eso les dieron unas canastas y guantes para que buscaran fresas.
