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"perdi mucho más que mis sentidos... Porque amarte tuvo consecuencias."

Tendō corría a toda marcha para alcanzar a su amigo, estaba agotado, sentía que el corazón se salía de su pecho en busca del jugador estrella que casualmente venía pasando por la misma avenida solo que iba metros más adelante pensando en la idiotez que acaba de cometer viendo su vida pasar delante de sus ojos. 

¿Cómo es posible que le tenga tanto miedo a una enana de 1.65 mts siendo el de 1.90? No, a ella no le tenia miedo, bueno tal vez un poco. Pero ya lo descubrió con la burrada que cometió hoy y eso que todo el tiempo toma las decisiones con calma.

Esa sensación que siempre le desagrada de hacer las cosas sin saber que pasaria despues, lo aborrecía. ¿Sería por eso que estaba más irritado de lo usual? El amor es confuso, hace que le duela la cabeza y que el ritmo cardiaco aumente de sobremanera ante ello. sus hebras oliva se mecían con el viento, tal parece que llovería, debía apresurarse a llegar si es que no quería resfriarse, tan metido estaba en sus pensamientos respectos a la situación problemática que no noto que el pelirrojo de su amigo lo llamaba hasta ahora.

— ¡Wakatoshi-kun! —Grito.

El capitán del equipo reconoció enseguida la voz de su mejor amigo como si este fuera el salvador a su sufrimiento -despues de estar rato llamando sin éxito-. Se giró rápidamente viendo justo como el pelirrojo caía al suelo al ser chocado por una bicicleta. Estaba lejos, pero una corriente para nada agradable surco por su cuerpo y juro escuchar el sonido de un hueso quebrarse.

— ¡Tendō!

(...)

La joven azabache iba tan perdida en sus pensamientos que Semi no puede romper el silencio deprimente y pesado que se formó entre ambos. Iban llegando a la casa de la muchacha, paro por un momento pensando que tal vez sea el momento perfecto para hacerlo. O tal vez simplemente se llevaría una fuerte bofetada, como sea, ya estaba ahí, no daría marcha atrás.

"—Deja de tener miedo y confiésate".

Las palabras de Kenjiro resonaron en su cabeza como ayer en la tarde antes de planear una cita agradable hoy. Mei estaba tan ensimismada que ni siquiera se dio cuenta cuando el joven paró hasta llegar a la entrada de su hogar y noto la soledad en la que se encontraba por fin.  Pensó mal por un momento hasta que vio de nuevo al setter llegar hasta donde estaba parada a toda prisa.

— ¿Semi...

Eita la agarro firme, pero delicadamente la nuca de la chica atrayéndola hacia si por la cadera plantando un beso puro y deceso en esos rosados labios sin darle tiempo hablar o pensar.

"—Lo hice..."

Mai estaba confundida, el beso no se sentía para nada igual como lo había hecho con Wakatoshi, era agradable, le gustó. Es solo que no albergaba el mismo sentimiento que el capitán de voleibol. Ambos se separaron con mejillas sonrojadas, Eita beso sus manos mirándola decidido, no quería hacerla sufrir, pero si pudiera hacer que se concentrará en otra cosa y que no sea por lo que todo el tiempo lidia entonces estará feliz. Porque al menos así podría detener su dolor por un momento.

—Sé que estás enamorada de Ushijima-san —habló, su voz era suave con un atisbo de miedo al rechazo en ella—... Sé que no debo sentir esto por ti, no planeaba decírtelo, pero al verte hoy de una manera tan rota al menos quería hacer el intento de confesarte mis sentimientos. Al menos así tienes en algo más que pensar que estar encerrada en tu habitación por ver las noticias de hoy.

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⏰ Última actualización: Sep 20, 2023 ⏰

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Comprometida | Wakatoshi UshijimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora