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Cuando fue dado de alta, Taehyung ya se había marchado para atender sus negocios, así que, Kang Daniel, su guardaespaldas lo ayudó con la pañalera, sus demás pertenencias y a cargar a la infante mientras Hoseok caminaba de forma incómoda.

Daniel, puso las cosas en el maletero y ayudó a Hoseok a subir al vehículo, luego le dio a la niña, que seguía sin nombre y Hoseok le miró agradecido. Kang inmediatamente se subió al vehículo para ponerlo en marcha.

Al llegar a casa, su madre Siyeon, su hermana Yuna y su mejor amiga, Hyiyeon lo esperaban platicando en su sala, mientras bebían té y comían galletas de canela. Yuna y Hyiyeon corrieron para arrebatarle a la pequeña niña de sus brazos y empezará a mimarla.

Hoseok las miraba atento, temiendo que pudieran tirarla. Su madre por otro lado, era más tranquila y reservada, ella continuaba sentada en medio de la sala; vestida con un impecable traje azul rey, su cabello peinado en una cebolla; las joyas doradas lucían en sus orejas, cuello y manos; sus labios pintados de un fuerte café y stilettos blancos que probablemente mataban sus pies.

—Hoseok ven, tienes que descansar —le dijo haciendo espacio a lado de ella, mientras que sonreía cálidamente.

Tomó asiento al mismo tiempo que abrazaba a su madre y le daba un beso en la mejilla.

—Gracias por venir —desde su matrimonio hace poco más de un año, las veces que pudo ver a su madre se redujeron; toda vez que, ella vivía a varios kilómetros en la ciudad de Gwangju y él en la capital del país.

—¿Cómo te sientes? —preguntó la mujer pasando una mano por su cabello.

Hoseok miró de reojo a las dos mujeres más jóvenes, no quería parecer un padre sobreprotector pero, temía que esas dos no pudieran cuidar bien a su pequeña. Luego volvió la vista a su madre y dijo: -como si me hubiera un camión de carga encima. Pero estoy bien.

—Me alegro, tienes que recuperarte e ir por el varoncito.

Hoseok asintió cansado. Estaba muy feliz con su hija pero probablemente la mitad de los miembros de la mafia esperaban que Taehyung tuviera ya, a su primogénito.

—Tenemos mucho tiempo para eso, me embaracé rápido después de que nos casamos, así que quisiera disfrutar de mi hija y de mi esposo antes de volver a embarazarme. A Taehyung no le preocupa que tuviéramos una niña.

Siyeon rodó los ojos.

—Eso es lo que dice para no estresarte, el estrés es malo cuando se busca un embarazado. Pero sabes la realidad del mundo en el que vivimos. Un hombre no es un verdadero hombre hasta que tenga un hijo.

Hoseok le miró molesto y Siyeon se esforzó por sonreír.

—No es mi culpa que fuera una niña, y amo a mi hija, mucho, demasiado.

—No me mal entiendas Hoseok, también estoy feliz por mi nieta, sé que será muy hermosa y estaré para ella todo el tiempo, cuando me necesite. Pero como esposo del futuro Capo, hijo del Don, tienes que ocuparte en darle un hijo varón.

—Lo sé, me pondré en marcha para darle un hijo muy fuerte.

—Tiene que ser un varón, varón ¿Si me entiendes? —Hoseok lo entendía perfectamente, él era un hombre, pero era de la poca población masculina que podía crear vida, a los que denominaron como Mixtos, eran una nueva especie evolucionada de los humanos; sin embargo, para los demás era tratado como si fuera más una mujer que un hombre-. No hay muchos como tú y son especiales, pero si Taehyung quiere llegar a ser capo tiene que tener un heredero, no aceptarán a un mixto.

Hoseok asintió a todo lo que su madre dijo, sabía que tendrían la charla tarde o temprano, le hubiese gustado que fuera más tarde; cuando se sintiera con ánimos de darles la razón de forma verdadera.

Pez dorado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora