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Chaerong, la madre de Taehyung visitó a Hoseok un día antes del evento de presentación.

Llevaba en sus brazos varias cajas, y su guardaespaldas traía a un más de compras.

Hoseok la hizo pasar a la sala y dejaron las cajas de compras alrededor.

—Ya entregué todas las invitaciones, quedaron hermosas.Tienen un bordado de papel de oro muy bonito, espero que te gusten.

Hoseok había visto con anterioridad el modelo, cuando Chaerong le mando las imágenes por mensaje. Él había escogido una al azar y había resultado ser una buena elección.

—Son hermosas suegra —sonrió con una amargura discreta, recordando que la mujer ni siquiera se había tomado unas horas para venir a visitar a su nieta. Tampoco es que pudiera reclamarle, era la esposa del actual Don.

Para poder tener su lugar, tendría que pasar por varios escalones, en primer lugar tener un hijo varón para que Taehyung pueda convertirse en Capo y en segundo lugar, que el Don se jubilé, ambas cosas todavía las veía muy lejanas.

Chaerong tomó una de las cajas más grandes y se la pasó a Hoseok.

—Este es el vestido que usará la niña.

—Se llamará Yerim —Hoseok anunció—, vamos a registrarla después de la fiesta. Taehyung escogió el nombre.

—Me parece bien —dijo sin tomarle importancia y sacó el vestido de color celeste de la caja— estoy segura que es la talla correcta.

El vestido celeste era pesado; tenía bordados de flores con pedrería por todos lados, varias capas de tela y tul; tenía mangas, lo que lo hacía perfecto para un evento de noche, simplemente era digno de un vestido de princesa.

—Se verá muy hermosa con este vestido— aseguró Hoseok y miró los pequeños zapatitos blancos, y los demás accesorios.

Eran demasiado para una niña recién nacida. La mujer tomó otra de las cajas y sacó un traje color crema y una camisa azul cielo.

—Este será tu traje —decidí que los colores claros te queda bien y combinará con el traje de Taehyung, azul marino.

Hoseok suspiró y asintió de forma educada a lo que todo lo que la mujer le mostraba. Antes de que Chaerong se retirará, visitó a la niña en su habitación.

Yerim dormía de forma tranquila, no se movía y el único signo de vida era su pecho subiendo y bajando.

—Es muy linda —dijo la mujer—, esperemos que pronto le den un hermano.

—Así será —Hoseok mencionó, estaba cansado de escuchar lo mismo de siempre, pero no le permitiría a nadie saber su disgusto. Mucho menos a la madre de su esposo.

—Sabes que Sejin está esperando un varón —la mujer mencionó a la esposa del hermano de Taehyung, y Hoseok asintió.

—No les des oportunidades para presumir, apurate a darme otro nieto.

—Nos pondremos en marcha apenas terminen los cuarenta días de reposo —mencionó avergonzado. No quería pensar en cómo se estaba sintiendo Taehyung, si él estaba siendo presionado de esa forma, seguramente su marido estaba pasando peores momentos.

Chaerong sonrió y palmeó el hombro de Hoseok.

—Es hora de que me vaya —sonrió y tomó su bolso—, nos vemos mañana, no te preocupes por nada, yo me encargaré de los preparativos, sólo debes encargarte de verte guapo.

Estuvo feliz cuando la mujer se fue. Le dijo a Whein que descansará, que él se haría cargo de su hija hasta que llegara Taehyung. Tomó a Yerim en su brazos y la meció de un lado a otro mientras le daba de comer.

Esa noche, cuando Taehyung llegó Hoseok decidió no quedarse a dormir con la niña, así que le pidió a Whein que durmiera en la habitación y él se acostó en la extensa cama matrimonial, a lado de su esposo.

Cuando Kim apagó las luces Hoseok rodó a su lado y lo abrazó.

—Voy a darte un hijo Taehyung, no tienes que preocuparte por lo que digan los demás —susurró.

—Amor, fueron mis espermatozoides los que determinaron el género. Por lo que no tienes que culparte por tener una hija.

—Lo sé, pero tú tampoco te culpes, vamos a tener un hijo tarde o temprano —Hoseok le aseguro— no importa si necesitamos tener más de diez hijas para que salga el varón— se burló.

—Incluso si nunca tenemos un hijo no me importa —Taehyung le aseguró poniendo su mano en su espalda baja.

—No mientas —Hoseok puso un puchero en sus labios— sé que un hijo es importante para la familia.

Taehyung lanzó un suspiro y apretó los puños.

—Perdona por mentirte, no quiero presionarte —dijo finalmente sincerándose—. Es sólo que todo el mundo insiste en recordarme que está mal tener una hija y que debo tener un hijo que realmente menos ganas tengo de tener un hijo.

Sonrió amargamente y Hoseok pudo sentirse identificado.

—Te ves precioso con ese traje —Taehyung dejó un beso en la mejilla de su esposo cuando estaba  arreglando su cabello, enfrente del tocador.

—Gracias, tu madre lo escogió para mí.

—Mamá tiene buenos gustos, mi traje también está bien.

Hoseok asintió, se puso a lado de Taehyung y fue su turno para besarlo; hace poco más de un año, no pensó que podría llegar a sentirse tan bien, casado con un hombre al que apenas había conocido. Ahora no se veía en otro lado que no fuera a lado de su esposo.

—Nos vemos bien juntos —ambos se miraron al espejo. Hoseok estuvo de acuerdo con las palabras de su esposo.

Cuando se reunieron con Whein, la mujer ya había terminado de arreglar a su hija y no podían estar más felices con el resultado. Hoseok tenía que admitir que su suegra tenía los mejores gustos.

La recepción fue en el jardín de la mansión de Taehyung. Toda la familia estaba reunida, desde los soldados, hasta el consigliere y el Don.

Los invitados aplaudieron cuando los miraron entrar y Taehyung alzó a su hija como si se tratara de un trofeo. El evento sería más animado si se tratará de una varón, pero aún así hubo algunos que no dejaron mostrar su disgusto e incluso algunos lugartenientes ya estaban tratando de comprometer a la pequeña Yerim con sus hijos.

Hoseok ocultó su molestia con aquellas sutiles insinuaciones. No podía aceptar la idea de su hija casándose con alguien a quién no amará. No le importó que Taehyung y él funcionarán al final, su hija escogería con quién sacarse sí o sí.

—Denme a mi nieta —ante todo pronóstico Kibum parecía estar más feliz de lo que debía con su nieta, la cargaba de un lado a otro diciéndoles a todos que la belleza de la niña iba a causar guerras.

Nadie se imaginaría que el Don de la mafia coreana, sucumbiría ante una niña de menos de veinte centímetros de tamaño.

—Aunque le cueste admitirlo, padre está encantado con su nieta— Taehyung susurró a Hoseok, el esposo se limitó a asentir con una sonrisa, poco después su rostro de distorsionó en una mueca de dolor, su cuerpo se doblo y sus rodillas cedieron cayendo en los brazos de Taehyung que se había movido rápidamente para atraparlo antes de que se golpeara con el piso.

Hubo algunos gritos de las mujeres que se encontraban alrededor.

—Duele, Taehyung —susurró Hoseok, llevando sus manos a su vientre y luchando para no cerrar los ojos.

Los invitados de esa noche, no recordarán el bonito vestido de Yerim, ni la hermosa decoración del jardín, la imagen de Taehyung sosteniendo a su esposo que sangraba de sus partes íntimas y manchaba de rojo el elegante traje de color crema, se grabaría en su memoria con fuerza.






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