CAPITULO NUEVE

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-- Guao... ¿Qué es este lugar? --

Jiang Yanli veía todo a su alrededor y era muy lindo a comparación del sitio donde se anidaban.

Un enorme lago cristalino se presenciaba en lo más recóndito de la cueva. Parecía un estanque limpio.

Jin Zixuan se acercó al vital liquido y se agachó al frente del lago, observando el agua cristalina.

-- Mmm... Al parecer hay altos niveles de salubridad en este lado de la cueva -- Se levantó -- Dicen que si hay agua limpia, es porque hay plantas acuáticas --

-- ¿Está seguro de eso, joven maestro Jin? -- Jiang Yanli se ubicó a su lado.

-- No estoy tan seguro, pero creo que cabe en la posibilidad. Como verás, el agua limpia indica que no hay población cerca que la ensucie. Me atrevo a decir que tampoco hay peces, pero sí vegetación acuática. De seguro puede estar llena de nutrientes. A lo mejor tengamos suerte de poder ver corronchos --

-- ¿Corronchos? -- La damisela ladeo la cabeza.

-- Es un tipo de pez chiquito que se alimenta de partículas del agua, y suelen limpiar los estanques. Solo hay una forma de averiguarlo --

Jin Zixuan se quitó las botas y luego se giró hacia ella.

-- Princesa Jiang, me sumergiré en el agua. Así que le pido disculpas si siente que le estoy faltando el respeto al quitarme la ropa al frente de usted --

-- Oh no... -- Ella se sonrojo -- Lo entiendo. Puedo dejarlo a solas y volver si no le molesta --

Jin Zixuan asintió y luego la vio esconderse detrás de una roca.

Suspiró un poco apenado por decirle la verdad. La idea de que no debería mostrar su cuerpo tan deliberado ante una damisela tan bella y hermosa como ella, lo ponía incómodo, pero la ocasión lo ameritaba.

Se quitó las túnicas superiores e inferiores y se quedó solo con el pantalón. Subió el ruedo de la tela hasta las rodillas y luego se metió en el agua, mirando el suelo.

Jiang Yanli yacía escondida pero no por mucho tiempo. Se asomó desde el orillo, y lo encontró vistiendo pantalón. El extra de su ropa dorada estaba tirada en el suelo.

Salió con cuidado, y arregló sus túnicas hasta que escuchó el sonido de un chapuzón.

Jin Zixuan desapareció en un dos por tres. Le impresionó, pues el agua estaba bastante fría y no sabía si podría llegar a ser tan profundo.

Ante su preocupación de que al joven Jin le sucediera algo tomó la decisión de acercarse a la orilla y allí llevó sus manos a su pecho, preocupada.

Unos minutos después no había señal de él.

-- ¡Jin Zixuan! --

Levantó su volado de su vestido para ingresar al agua, pero a los segundos, algo emergió.

El heredero del clan Jin se hizo ver completamente empapado, sosteniendo unas plantas.

-- ¡Conseguí éstas! --

Jiang Yanli sonrió apenas lo vio.

Jin Zixuan nadó hasta la orilla y se levantó para sacudir el cabello largo que desató de su coleta.

-- No parecen malas, pero dejaré que la experta en gastronomía las juzgue --

Jiang Yanli sonrió por su tierno cumplido, y les echó un vistazo.

-- No las había visto con anterioridad, pero tienen una contextura idónea de almacenar nutrientes. Sí puede servir --

-- Bien, supongo que hará falta buscar más y... --

La compleja confesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora