CAPITULO UNO

1.1K 119 18
                                    

Tambaleante, se sostuvo fuerte de la rama del árbol para no caerse.

Algo extraño había pasado en ese preciso momento, en ese preciso lugar donde Wei Wuxian, había decidido tomar un descanso con los ojos vendados.

Se quitó con cuidado la cinta negra del rostro, y para su sorpresa, la persona que lo atacó para robarle el beso, ya no estaba.

"Qué intenso"

Pensó al recordar la humedad de ambas bocas batallando por un poco de aire.

Sus lenguas teniendo contacto, fue un acto inesperado. El empuje y el roce de éstas, de cierta forma, encendía la sensación de creer haberlo disfrutado.

Pero, no era tan sencillo como lo imaginaba. La conmoción del previo acto era mucho más fuerte.

Impresionado por el sufrido "abuso" o delicadamente hablando; "invasión a la privacidad", se bajó del árbol, pero sus piernas no respondían con naturalidad.

Se fue de lado al aterrizar, obligándose a detenerse con el sostén del tronco.

Su reacción a lo ocurrido era extraña, su cuerpo aún seguía sin asimilarlo.

"Vamos Wei Wuxian... ¿Qué te pasa?
Fue solo un beso... Fue solo mi primer..."

Amplió los ojos al recordar que había sido su primer beso. El primer beso que guardó por durante 20 años.

Ahora ya no tenía sentido cuidar de tal preciado tesoro sin tener la castidad de su boca, pues una ladronzuela de amor, se lo arrebató.

Para su mala suerte, nadie estaba por los alrededores del gran bosque. De seguro la doncella se escondió o se enterró bajo tierra como un avestruz.

De seguro estaba predispuesta a pensar, que haría hasta lo imposible por no volverlo a ver.

"Qué lástima"

"Cuanto daría por descubrir quién fue la afortunada de no poder resistirse a mis encantos"

Una leve sonrisa surco sus labios, y un ligero dolor lo invadió en cada uno de ellos. Se tocó la superficie suave y carnosa de su boca, y estaban hinchados.

"Cuanta pasión contenida...
Debe ser una mujer muy volátil"

Su mente recordó lo fuerte que lo sostuvo de las muñecas, lo apretujo contra el tronco, lo besó con devoro en la transparente intención de complacerse a sí misma, y que además, nunca le dirigió la palabra.

De seguro debió haberse ido satisfecha.

"Tengo que buscarla"

Se reincorporó aún aturdido, sus pasos eran complicados de coordinar por la simple debilidad de sus piernas.

Tocó su flauta apoyada en su cintura por sí las moscas se la habían robado pero no, allí estaba. Sin embargo...

-- ¿Eh? ¿Y la flor de mi túnica? -- Giró a todos lados -- Genial... Debió haberse caído después de esa "embestida apasionada" --

Alzó los hombros

-- Ni hablar. Por lo menos sigo conservando mi virginidad --

Prosiguió el camino que intentó tomar desde un principio después de recuperar el equilibrio, y mientras sus pasos avanzaban, su cabeza iba reproduciendo de nuevo la forma como se dio el beso.

La compleja confesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora