1. Último primer día de clases

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Eunseo salía de su departamento.

Para algunos jóvenes estudiantes como Eunseo era normal rentar un departamento cuando su casa estaba lejos del instituto. A veces los padres ayudan a pagarlo, pero ese no era el caso de esta chica. Eunseo tenía que vivir en uno porque se había salido de casa hace un par de años, además de que trabajaba para mantenerse a sí misma. Siempre se esmeraba tanto en todo lo que hacía aunque no lo aparentara, pues no tenía tiempo ni siquera para perderlo. 

Antes, hagamos un pequeño retoceso.... 

Aquella nueva mañana, Eunseo se había levantado con un poco de cansancio en los ojos debido a que en la noche anterior le tocó salir tarde del trabajo. Aunque, no había nada que unas pequeñas cucharas frías no arreglaran en un instante para desinflamarle el rostro. Su rutina era apenas sencilla: se lavaba el rostro; se colocaba su crema aclaradora que también servía como un muy buen bloqueador solar, aunque de este último se ponía un poco más; se retocaba levemente las cejas; agragaba un poco de polvo; se ponía un poco de brillo labial y se colocaba una suave capa de sombras claras sobre sus párpados. Al final, se cepillaba el cabello; tomaba sus artículos estudiantiles, junto con un par de manzanas de la cocina antes de salir de casa.

Eunseo a veces odiaba no saber cocinar, nunca podía hacerse de algo decente para llevarlo a la escuela como muchas otras chicas que llevaban sus almuerzos. Siempre terminaba por comprar algo y hacer ese gasto demás innecesario. Además, no era como si la comida de la cafetería estuviera deliciosa; no estaba tan mal, pero tampoco tan bien, y eso terminaba arruinando su apetito y nunca se lo terminaba a final de cuentas. Quizá aquella era la razón por la cual era tan esbelta. 

—Buenos dias —le decían sus vecinos y demás las personas que pasaban a su lado por la calle.

—Buenos días —les respondía ella inclinando su torso a cada saludo que daba, apenas mirando a las personas. 

Una que otra gente era conocida para ella; sin embargo, no detenía su caminata para quedarse a charlar. Estaba más enfocada en poder llegar a la escuela, ya que procuraba jamás llegar tarde. Es por eso siempre salía temprano para llevar una caminata bastante tranquila, siendo amable con cada persona a la que saludaba. 

Al caminar sobre la acera de la calle en la que está localizada las escuela, comenzó a hacerse más evidente la existencia del alumnado que regresaba a clases. También lograban verse caminar a aquellas chicas de nuevo ingreso; siempre caminando tan tímidas, encogidas de hombros, o arregladas de una forma tan linda e inocente como solían vestir en su grado anterior. Era muy raro ver alguna  chica segura de sí misma. Normalmente, aquellas eran las chicas provenientes de familia con dinero.

Cuando Eunseo estaba a unos cuantos metros de aproximarse a la entrada de la escuela, podían escucharse los susurros a su alrededor debido a su llegada. Ella siempre les era indiferente la mayoría del tiempo. Estaba má que agotada por la noche anterior, así que hoy sería uno de esos días en los que sólo estaría enfocada en las clases y nada más que pudiera gastarle la energía.

La escuela era de chicos y chicas, pero, aunque dijeran que era mixta, nunca se les ponían juntos o revueltos, había un órden: de un lado los chicos y las chicas del otro. La escuela estaba dividida prácticamente en dos edificios. Aquella norma era aplicada para algunas escuelas, ya que así evitarían un poco el romance entre alumnos y la distracción en el salón de clases. No obstante, aquello era inevitable cuando existían chicas como Eunseo en la escuela.

Cuando ella apenas ingresó en el edificio, se escucharon los fuertes gritos de algunas chicas que ya la esperaban llegar, otras sólo se dedicaron a admirarla, y las nuevas no comprendían mucho de lo que estaba sucediendo, pero no estaba por demás mencionar que eran rápidamente cautivadas por el porte tan elegante que Eunseo siempre tenía: siendo más alta que el promedio, siendo muy hermosa y atractiva, con un semblante sereno que ante todo la hacía más envidiable. 

Mi Amor Imposible (Eunbo) PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora