Mi Amor Imposible (Eunbo) PAUSADA

7. Bona en los brazos de Eunseo

Los días del ensayo general ya habían llegado. Eunseo y Bona estuvieron ensayando en sus momentos libres de las horas de estudio de las siguientes tres semanas. La primera no había podido volver a invintar a la segunda mas que una vez más a su casa por que no se había prestado la oportunidad, y además, Eunseo no tenía mucho que ofrecerle estando allí.

Las miembros del consejo estudiantil estaban allí dirigiedo los ensayos, tenían dos semanas y media para estar listos para presentar la obra en el festival de octubre. Varias de las chicas con papeles secundarios se quedaban impresionadas por la interpretación de Eunseo al repasar sus diálogos, le quedaban tan bien con ese rostro tan serio y sereno que le caracterizaba. 

Por otro lado, Bona se sentía tímida al pensar que no podría hacerlo bien. De hecho, le había comentado a Eunseo sobre sus nervios. En ocaciones, sus manos temblaban porque no había hecho una obra antes en alguna escuela, pero de inmediato se tranquilizaba porque Eunseo le apoyaba y le daba fuerza al tomarle la mano. La presidenta, y algunos otros miembros de la obra y el consejo, se dieron cuenta de ello, así que los rumores no tardaron en circular por todo el colegio. 

A la segunda semana de ensayo, casi todo el alumnado estaba enterado de la nueva amistad o nueva chica de la que Eunseo podría estar interesada porque les habían visto tomarse de la mano. Sólo ellas dos no sabían nada de lo que ocurría a su alrededor porque además ni lo habían notado, siempre estaban juntas y sabían que eran buenas amigas, pero nada en sus interacciones se malinterpretaron entre ambas; nada de lo que estaba en boca de todas sucedía en realidad. 

Eunseo casi nunca prestaba atención a los chismes del colegio porque no tenía tiempo o interés por detenerse en lo que no le concernía; aunque, por otro lado, al cabo de los días siguientes, Bona comenzó a darse cuenta de que las chicas de su salón le miraban y hablaban de ella, de eso estaba segura, algo querían o algo estaba sucediendo a su alrededor. Lo dejaba pasar pensando que se trataría por simples opiniones que la gente tenía sobre la obra de Romeo y Julieta. 

—Espero te guste —le dice Bona a Eunseo a la hora del almuerzo. 

Bona sabía, de antemano, que Eunseo no le daba tiempo de hacerse el desayuno o la comida, así que ella procuraba llevar siempre un poco de alimento extra para compartirle. El resto de las chicas de la cafetería se seguían sorprendiendo al ver cómo Eunseo, la chica más popular de la escuela, seguía comiendo con la chica nueva. Se les miraba bastante celosas, preguntándose cómo es que que Bona le había hecho para estar así de cerca con la gran girlcrush del instituto. De hecho, lo que más les dejaba boquiabiertas eran esos momentos en los que Bona ofrecía comida en sus palillos para darselo a Eunseo en la boca, y que esta lo aceptara era...

«¿Con quién ay que vender su alma para hacer algo así?», se preguntban las chicas. 

Lo cierto es que, hasta Bona, había tenido suerte, también le había costado llegar a tener esa interacción con su nueva amiga.  Más tarde, Bona aería en cuenta que hora sumaba parte de la rutina ocupada de Eunseo y eso le mantenía feliz y contenta. La otra también se sentía de diferente manera: un poco más feliz y relajada, pues ya no ocupaba de trabajo y estudio todo su tiempo, y aquel itinerario que llevaba desde el primer año de preparatoria ya se había modificado: ahora Bona estaba en él, y eso le alegraba desde algún momento, que hasta ella desconocía en totalidad. 

Los ensayos grandes tambien ya habían comenzado, estaban a una semana del estreno de la obra de teatro; la escenografía ya estaba montada y casi lista en el auditorio. El centro de audio y de efectos estaba tabajando muy duro para poder coordinar todo su trabajo con en de las actrices; las luces y los sonidos debían de encajar bien con las batallas que tenían los personajes, así como la música y sonidos ambientales que acomedían las escenas románticas de Romeo y Julieta.