4. La reunión de palabras

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Cerré facebook y apagué mi laptop.
Le mandé un mensaje a Peyton:

-Te paso a buscar a las cuatro. Vamos a la casa de Luna para el trabajo práctico.

Luna vivía a dos cuadras de mi casa, pero nunca me relacioné con ella. Sus amigas no eran muy simpáticas conmigo ni las mías con ella.

Peyton vivía en la esquina de mi casa y siempre la he pasado a buscar. Me puse un jean oscuro, una remera más colorida y mis Converse azules. Luego saqué los auriculares de un bolso, y salí a la calle.

Mientras escuchaba una canción de Coldplay, pensaba en porqué mis compañeras decían que Luna era una chica rara, y lo mal que me hacía sentir el hecho de que, siendo una persona excelente, pasara su tiempo con personas que, me di cuenta, no apreciaban en ella lo que deberían.

Llegué a casa de Peyton y golpeé la puerta con el puño exageradamente fuerte. Me arrepentí enseguida. Peyton abrió la puerta y yo tenía el puño cubierto con mi mano. Qué vergüenza.

-¿Vamos?- le dije. Asintió sin prestarme demasiada atención y caminamos una cuadra más en total silencio.
Sabía que no le caída bien Luna pero no iba a aceptar sus comentarios.

La casa de Luna tenía unas orquídeas rosadas increíbles en la entrada y una rústica puerta de madera. Nuevamente golpeé la puerta con el puño, esta vez más despacio, y esperamos unos segundos a que abriera la puerta.

-Hola chicas, adelante- dijo al vernos.

-Hola- dije -permiso.

-Hola- dijo Peyton mirando a Luna desde lo alto de su cabeza - permiso.

En la sala de estar había un sillón blanco, un par de sillas y una pequeña mesa llena de adornos. Nos sentamos las tres. Luna trajo su computadora portátil y buscó bastante información. Peyton propuso varias ideas y yo anotaba y organizaba la información en títulos. Luego armamos un vídeo que nos ayudaría a explicar el tema. Sólo restaba imprimir el trabajo y repartir un parte para que cada una hablara.

Mientras guardábamos algunos papeles, un hermoso gato blanco pasó caminando a mi lado. Lo acaricié, a pesar de mi alergia al pelo de gato y se sentó ronroneando. A Luna le llamó la atención y me dijo:

-¿Te gustan los gatos?

-Me encantan, pero me dan alergias.- dije un poco resentida.

-¿En serio?- preguntó con sus enormes ojos más abiertos -yo también soy alérgica a los gatos.

-¡Qué coincidencia!- le respondí.

Luna sonrió delicadamente.

-Ese es el Sr. Weasley.

-¿Por Harry Potter?- pregunté, casi sabiendo la respuesta.

-Claro- dijo. También le gustaba la saga. Empezaba a interesarme más en ella que en mi "mejor amiga".

Peyton parecía muy aburrida, se podía ver en su cara. Recordé que tenía clase de piano. Miré la hora y faltaban quince minutos.

-Bueno- dije en tono tranquilo. Tengo que ir a mi clase de piano, tenemos que reunirnos una vez más para concretar.

-Vengan mañana a la misma hora, ¿les parece?

-Claro- respondí con una simple sonrisa.

Peyton pensó un poco y agregó -Supongo que sí.-

-Bien- dijimos a dúo con Luna. Nos reímos de la coincidencia y nos saludamos.

Volví con Peyton. Me dijo que le pareció bien que casi termináramos. Seguido, llegamos a su casa, me saludó y cerró la puerta. Seguí mi camino y me fui al instituto.

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