Estábamos a principios de agosto y el invierno aún no nos dejaba. Eran las tres y cuarenta y seis de la tarde cuando Luna me llamó.
-Lucy- dijo en tono calmado. Podía sentir, a pesar de que no la veía, esa particular sonrisa en su rostro.
-Hola Luna, ¿cómo estás?-
-Bien, ¿quieres venir a merendar?
-Qué raro escucharte hablar de comida- dije sarcásticamente.
Se rió desde el otro lado de la línea. -Te espero a las cuatro, si es que piensas venir...
-Lo que sea por comida- le contesté -Nos vemos.-
-Nos vemos.-
Prácticamente vivía en su casa. Teníamos una amistad increíble, parecía que siempre hubiera estado.
Hacía frío, a pesar de la hora. Me puse un suéter celeste de lana hecho por mi abuela, un jean abrigado y unas botas. Me lavé los dientes y salí. En la calle había un clima tierno y acogedor. El césped apenas se había secado de la escarcha de la mañana y el sol tenía un hermoso tono anaranjado.
Caminé las dos cuadras de siempre contemplando la vista. Al estar afuera de la casa le mandé un mensaje por Whatsapp y me abrió la puerta al instante. Tenía su celular en la mano. Pasé. Sobre la pequeña mesa de madera, había una bandeja con dos tazas de chocolate caliente y un plato con galletas de avena. Ambas nos sentamos y tomamos una galleta.
-¡Lucy, los chicos- a los que ama con pasión -dijeron que haran follow spree esta noche!- gritó cuando finalmente sacó la vista del celular.
Genial. Esa banda es tan importante para ella como lo es mi propia madre para mí. Todos los días cuenta las noticias sobre ellos a nuestro grupo de amigas. Siempre la escucho, pero en ese momento no tenía ganas.
-¡Genial, es tu oportunidad para que te sigan!- dije falsamente emocionada.
Luna pareció escuchar mis pensamientos.
-Sí,¿Y cómo te fue en el show de vacaciones de invierno de piano?- dijo, metiendo una galleta entera en su boca.
Eso pensaba contarle cuando la viera ese día. Parecía todo calculado. Tardé casi cuatro segundos en responderle.
-De hecho muy bien, los nervios me obligaron a concentrarme y estar atenta, así que así lo hice.
-Qué bien, felicitaciones- dijo sonriente, con una mirada conmovida. Su cara me recordó a nuestra amiga Julie. Tiene cabello castaño, claro y ondulado y ojos marrón verdoso. La expresión de Luna me recordó a ella por su particular dulzura y timidez. Pensando, de nuevo me tardé en responder, pero Luna me interrumpió.
-¡Ah!, ¿sabes qué me me contó Trixie? ¡Julie comenzó a leer Harry Potter y le fascinó!- ¿Cómo es posible? ¡Si acababa de recordar a Julie!
-¡Uau, qué bien!, una nueva fanática en el grupo.
-Sí- dijo mientras su emoción disminuía de a poco. -No has tocado la leche, se te enfriará-
-Cierto- dije, y tomé una galleta de avena para luego sumergirla en mi taza de chocolate con leche y enviarla directo a mi boca.
Después de pasar un rato sin hablar, ya que estábamos comiendo, Luna encendió un televisor que yo nunca había notado, y nos quedamos viendo diferentes series hasta el atardecer, cuando decidí marcharme.
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Cuenta conmigo
Science FictionMi adorable amiga aparenta ser una típica adolescente fanática de una banda, amante de los libros, alérgica a los gatos y adicta a la comida. Su piel pálida llena de pecas y su estructura pequeña combinada con con la ropa negra holgada y sus grandes...